Respuestas
➝ Cultivo
Una planta es cultivada cuando se la separa de su ambiente natural, se labra la tierra, se abona, se poda y se riega regularmente. En general, siempre que podamos utilizaremos las plantas silvestres, o bien cultivadas en condiciones lo más parecidas posible a su estado natural, con el fin de evitar una pérdida cualitativa y cuantitativa en sus propiedades medicinales.
➝ Recolección
La mejor época para recoger y conservar plantas medicinales comienza en abril y mayo y se prolonga hasta el otoño. Para extraer la mayor cantidad posible de principios activos es necesario escoger días claros, soleados, comenzando la recolección a final de la mañana, con el objeto de que tallos, hojas y flores estén perfectamente secos, y otorgando preferencia a los ejemplares más hermosos. De algunas plantas se recogen flores y hojas; de otras los extremos en flor; de unas pocas se utilizan sólo las raíces, los rizomas o los bulbos. Ello depende del género de la planta y de cuáles de sus partes sean más ricas en principios activos.
Es importante, en cuanto al contenido en principios activos, la elección del momento más apropiado para la recolección:
• Las flores se recolectan antes de que la corola se encuentre completamente abierta.
• Las hojas se recogen al comienzo de la floración, pero antes de que las flores se hayan desarrollado.
• Los tallos se cortan después de que han brotado las hojas, pero antes de que hayan salido las flores.
➝ Conservación
Al recolectar la planta hay un equilibrio entre la síntesis y la descomposición de los productos químicos que contiene. La planta se va deshidratando en un proceso que se denomina marchitación. Durante este proceso es posible que aparezcan reacciones químicas que no se producían antes y que pueden ser indeseables para la conservación. Por ejemplo, pueden aparecer reacciones de hidrólisis, oxidación, o isomerización.
Para evitar la degradación enzimática realizamos el proceso de desecación, que consiste en rebajar la humedad por debajo del 10%. El objetivo es conseguir que no puedan actuar las enzimas, evitar el ataque de bacterias y hongos, y facilitar el transporte. La deshidratación debe ser lo más rápida posible, evitando así que se alteren los principios activos. Existen tres métodos de desecación: por aire, por calor o en vacío. El método a emplear dependerá de la naturaleza de la droga, humedad, consistencia, cantidad y naturaleza del principio activo.