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La sonata, el concierto y la sinfonía son los géneros instrumentales más caracterizados de la música occidental y las formas musicales más cómodas para disfrutar con los modernos sistemas de audición individual. Tanto su estructura como el significado y posibilidades han ido perfeccionándose, hasta llegar a la riqueza de formas que caracteriza o casi todas las modalidades del arte en la actualidad.
La sonata era una obra escrita para instrumentos solistas, denominándose dúos, tríos, cuartetos, quintetos, etcétera, según el número de ejecutantes, en contraposición a la tocata composición concreta para instrumentos de teclado y la cantata, pieza vocal, para coro o solista con acompañamiento instrumental que puede versar sobre temas religiosos o profanos. La sonata clásica consta de varios movimientos de los cuales el primero, suele dar nombre a toda la composición. Antiguamente se distinguieron las sonatas de cámara, entre las que se encuentran las suites y las sonatas de iglesia de gravedad más acentuada. La sonata podía aplicarse a un instrumento solista único o bien con acompañamiento: por ejemplo una sonata para piano y violín; sin embargo, cuando se aplica a otras agrupaciones instrumentales, hasta llegar a la orquesta, la composición recibe otras denominaciones como sinfonía o concierto.
La sinfonía es una composición para tres o cuatro movimientos, nació en el siglo dieciocho en el seno de la escuela alemana de Mannheim; Haynd y Beethoven la perfeccionaron y, posteriormente, fue evolucionando hasta convertirse en el género más importante de la música orquestal, enriqueciéndose con nuevos matices y posibilidades como las sinfonías programáticas de cinco tiempos de Berlioz, Liszt y Richard Strauss, o bien simplificándose en algunas formas como el poema sinfónico de un solo movimiento. De este modo los grandes maestros han ido creando diversas variaciones sobre este género musical, Brahms se atuvo a la sinfonía clásica, Bruckner creó un tema independiente y finalmente Mahler incorporó a la sinfonía elementos vocales siguiendo el ejemplo magistral que había dejado Beethoven con su novena o sinfonía uno de cuyos movimientos corales más conocidos ha pasado a ser utilizado como himno de la Unión Europea. La música del siglo XX, con Stravinsky, Honneger o Roussel, ha vuelto a la forma original, rebajando las dimensiones monumentales de los movimientos sinfónicos del romanticismo y nacionalismo musical y en ese contexto se ubican las sinfonías de cámara y las sinfonietas.
El concierto es la forma que adquiere la sonata cuando es orquestal; pero, además, incluye el protagonismo de instrumentos solistas. En su origen el concierto tuvo un estilo vocal, pero en tiempo del barroco se transformó en género instrumental, dando lugar al concerto grosso en cuatro partes con instrumentos solistas que dan réplica a la orquesta por ejemplo en las obras de Corelli; después vino el concierto de tres tiempos, con instrumento solista, que escuchamos en las obras de Haendel, Bach y Vivaldi y que encontró sus formas definitivas ajustadas a la razón, en la época del clasicismo musical de la Ilustración. Finalmente la fusión del concierto grosso con la sinfonía dio lugar a la sinfonía concertante, composiciones musicales, todas ellas, que se completan con otras de naturaleza más sencilla que complementan y perfeccionan la diversidad de la música instrumental.
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Dato: muy pocos puntos
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La sonata era una obra escrita para instrumentos solistas, denominándose dúos, tríos, cuartetos, quintetos, etcétera, según el número de ejecutantes, en contraposición a la tocata composición concreta para instrumentos de teclado y la cantata, pieza vocal, para coro o solista con acompañamiento instrumental que puede versar sobre temas religiosos o profanos. La sonata clásica consta de varios movimientos de los cuales el primero, suele dar nombre a toda la composición. Antiguamente se distinguieron las sonatas de cámara, entre las que se encuentran las suites y las sonatas de iglesia de gravedad más acentuada. La sonata podía aplicarse a un instrumento solista único o bien con acompañamiento: por ejemplo una sonata para piano y violín; sin embargo, cuando se aplica a otras agrupaciones instrumentales, hasta llegar a la orquesta, la composición recibe otras denominaciones como sinfonía o concierto.
La sinfonía es una composición para tres o cuatro movimientos, nació en el siglo dieciocho en el seno de la escuela alemana de Mannheim; Haynd y Beethoven la perfeccionaron y, posteriormente, fue evolucionando hasta convertirse en el género más importante de la música orquestal, enriqueciéndose con nuevos matices y posibilidades como las sinfonías programáticas de cinco tiempos de Berlioz, Liszt y Richard Strauss, o bien simplificándose en algunas formas como el poema sinfónico de un solo movimiento. De este modo los grandes maestros han ido creando diversas variaciones sobre este género musical, Brahms se atuvo a la sinfonía clásica, Bruckner creó un tema independiente y finalmente Mahler incorporó a la sinfonía elementos vocales siguiendo el ejemplo magistral que había dejado Beethoven con su novena o sinfonía uno de cuyos movimientos corales más conocidos ha pasado a ser utilizado como himno de la Unión Europea. La música del siglo XX, con Stravinsky, Honneger o Roussel, ha vuelto a la forma original, rebajando las dimensiones monumentales de los movimientos sinfónicos del romanticismo y nacionalismo musical y en ese contexto se ubican las sinfonías de cámara y las sinfonietas.
El concierto es la forma que adquiere la sonata cuando es orquestal; pero, además, incluye el protagonismo de instrumentos solistas. En su origen el concierto tuvo un estilo vocal, pero en tiempo del barroco se transformó en género instrumental, dando lugar al concerto grosso en cuatro partes con instrumentos solistas que dan réplica a la orquesta por ejemplo en las obras de Corelli; después vino el concierto de tres tiempos, con instrumento solista, que escuchamos en las obras de Haendel, Bach y Vivaldi y que encontró sus formas definitivas ajustadas a la razón, en la época del clasicismo musical de la Ilustración. Finalmente la fusión del concierto grosso con la sinfonía dio lugar a la sinfonía concertante, composiciones musicales, todas ellas, que se completan con otras de naturaleza más sencilla que complementan y perfeccionan la diversidad de la música instrumental.