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Respuesta:Lejos, por desgracia, ha quedado la visión edénica de las sociedades mayas del periodo Clásico. ... La cultura maya del periodo Clásico ha sido tradicionalmente caracterizada como dedicada a las labores agrícolas y al ensalzamiento de los dioses.
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Lejos, por desgracia, ha quedado la visión edénica de las sociedades mayas del periodo Clásico. El inexorable avance del desciframiento epigráfico ha dejado atrás esta concepción utópica de una civilización practicante de la paz y la concordia. La venturosa combinación de arqueología y epigrafía nos muestra, cada vez con mayor certidumbre, la verdadera naturaleza de las ciudades-Estado del sureste mexicano: crisis políticas y sociales periódica , ciudades militaristas, prácticas de sacrificio humano para alimentar a los dioses y acrecentar el poder político del gobernante en turno, armamento especializado y una logística militar implacable... El gran argumento, a la vez poderoso y frágil, que justificaba la guerra: estaba en juego la sobrevivencia del cosmos.
La cultura maya del periodo Clásico ha sido tradicionalmente caracterizada como dedicada a las labores agrícolas y al ensalzamiento de los dioses. Sin que estos rasgos sean necesariamente falsos, el desciframiento epigráfico ha refutado la idílica visión pacífica. A partir del Clásico Tardío se incrementaron las actividades políticas; tanto alianzas y matrimonios convenientes como la guerra aparecen de forma clara y en constante ascenso. Combates, capturas y sacrificios son narrados en los murales de Bonampak y de Mul Chic, en los registros escritos de Palenque, Yaxchilán, Dos Pilas, Caracol y en muchos otros sitios arqueológicos. Pero, aparte de algunas fortificaciones y rasgos estratégicos en algunos asentamientos, no parece haber indicadores arqueológicos que apoyen esta evidencia.