Érase una vez un indio que entró en el banco de una ciudad para pedir un préstamo.
—Sí —le dijeron los empleados—, aquí encontrará lo que busca. Hacemos préstamos. Pero antes tenemos que
pedirle una cosa. ¿Es usted tan amable de fi rmarnos un aval como garantía de pago?
—¿Un aval?
—Sí, claro. En el caso de que usted no nos devuelva el dinero prestado, el banco se quedaría con lo que usted
haya presentado como aval.
Esto le pareció justo al indio.
—Entonces, ¿qué nos puede ofrecer usted como aval?
—Tengo caballos.
—¿Cuántos caballos?
—Mmm… calculo que alrededor de quinientos…, pero también pueden ser seiscientos.
—Estupendo. Vamos a suponer que cada caballo tiene un valor de unos diez dólares. Usted nos transfi ere la
propiedad de cien de sus caballos y nosotros le hacemos un préstamo de mil dólares.
Y así sucedió.
Pasado un año, el indio entra de nuevo al banco. Lleva consigo dos bolsas repletas de dinero. Se acerca al mostrador, saca de una de ellas la cantidad que le prestó el banco y paga sus deudas, junto con los intereses, en
dólares de plata. El empleado del banco, sonriente, le hace un cumplido:
—¡Excelente! Es siempre una satisfacción hacer negocios con una persona honrada y fi able.
El indio no contesta nada, pero echa mano de la segunda bolsita.
—Aquí tengo más dólares de plata —explica—. He vendido lana.
—Magnífi co. ¿Quiere abrir una cuenta corriente en nuestro banco? Así no tendría que llevar siempre su dinero
encima. Podría perderlo; se lo podrían robar. Si usted nos lo confía a nosotros… aquí estará totalmente seguro. Y
cuando necesite dinero, no tendrá ningún problema: usted se acerca por aquí y retira la suma deseada.
Todo aquello resulta claro y evidente. Así que el indio saca los dólares de plata de la segunda bolsita y se pone
a contarlos sobre el mostrador.
El empleado del banco extiende la mano para coger el dinero y guardarlo en la caja fuerte. Pero el indio pone
sus manos encima de los dólares y pregunta.
—Por cierto… ¿ustedes también tienen caballos?





PUEDE AYUDAME Y AGEGARLE ALGO COHERENTE, Q SIGA CON ESE CUENTO Y TENGA Q VER,GRACIAS. <3

Respuestas

Respuesta dada por: aialammmmm
4

Respuesta:

- ¿Para que quiere saber usted eso?

- Para saber que no me robarán mi dinero

-Señor, aquí no hay caballos. Usted tendrá que confiar en nosotros.

-¿Entonces, que beneficio saco?

-A parte de la accesibilidad, anualmente, tendrá un pequeño porcentaje de beneficio por el uso de nuestros servicios.

-Vale, trato hecho. Ahora quiero que me devuelva los caballos que le di el año pasado

-Aquí tiene el 80% de sus caballos, en el banco nos quedamos con el 20% de intereses para nosotros también obtener beneficios.

Explicación:

Preguntas similares