Respuestas
Respuesta:
pues pudiendo resumir un poco mas el libro leyendolo sin olvidar de los detalles importantes es mas facil realizar el resumen.
Explicación:
Dino Buzzati
Al cabo de una interminable espera, cuando la esperanza comenzaba ya a morir, Giovanni regresó a casa. Todavía no habían dado las dos, su madre estaba quitando la mesa, era un día gris de marzo y volaban las cornejas. «Deja que te vea», decía entre lágrimas la madre retirándose un poco hacia atrás, «déjame ver lo guapo que estás». -Ya he comido, madre -respondió el muchacho con una sonrisa amable, y miraba en torno, saboreando las amadas sombras-.
-Mejor no, madre. Y la madre, para no contrariarlo, cambió inmediatamente de tema, pero ya se extinguía de su rostro amable la luz del principio. -Giovanni -murmuró ella sin poder contenerse más-. Y Giovanni se quedó con sus hermanos mucho más pequeños que él.
Ya estaba de vuelta la madre y con ella el café humeante con un buen pedazo de pastel. «¿Qué pasa? ¿Ya no te gusta? ¡Antes te volvía loco!», habría querido decirle la madre, pero calló para no importunarlo. La madre se adelantó corriendo para abrir los postigos . Pero, al inclinarse la madre para arreglar la colcha de la cama, también flamante, posó él la mirada en sus frágiles hombros, una mirada de inefable tristeza que nadie, además, podía ver.
« Gracias, sabes, madre», repitió, y eso fue todo. -¿Te gusta, Giovanni? ¿Te gusta? -preguntó ella, impaciente por verlo feliz. -Giovanni -le suplicó-. -Madre -respondió, pasado un instante, con voz opaca-, madre, ahora me tengo que ir.
-Madre -repitió el hijo como si la conjurase a no decir nada más, a callar por caridad, a no aumentar la pena-. -¡Pietro! ¡Pietro! Estate quieto, ¿qué haces?, ¡déjalo en paz, Pietro! -gritó la madre temiendo que Giovanni se enfadase. -¡Oh, Giovanni, vida mía!, ¿qué te han hecho? -tartamudeó la madre hundiendo el rostro entre las manos-. -Tengo que irme, madre -repitió él por segunda vez con desesperada firmeza-.
Hasta luego Anna, hasta luego Pietro, adiós madre.