Respuestas
Respuesta dada por:
1
PUBLICADO EN ENSAYO
Redes sociales
3 Votes
Por Marina Menéndez
Descargar entrada en PDF
Enseño a escribir. Y escribo. Hace un tiempo realicé un curso sobre el uso educativo de las redes sociales y lo que sigue es una de mis intervenciones en el foro del curso:
[Optimismo ON] En la sociedad de la información todas las personas tienen la maravillosa posibilidad de conectarse en tiempo real y a través de los más diversos medios –objetos de deseo atractivos, livianos y subyugantes- con cualquier otro ser humano en cualquier momento y en cualquier lugar. Hoy la tecnología –devenida en Prometeo moderno- ha robado a los dioses la omnipresencia y el control de la información. Un mínimo movimiento digital nos transporta a galaxias de información, nos pone en contacto sincrónico con millones de seres humanos de todo el planeta, nos convierte, en productores, reproductores y consumidores de un universo sin fronteras y en constante expansión, en orgullosos nodos de una inconmensurable red digna de un dios. (Quizás debería hacerse un retoque a la cúpula de la Capilla Sixtina y reemplazar el obsoleto dedo divino por alguna otra forma digital). Las redes sociales, definidas como grupos de afinidad, constituyen nuevos modos de interactuar e intercomunicarse (aspecto social) gracias a herramientas informáticas (aplicación) que, a su vez, se relacionan con otras aplicaciones (distribución) y que pueden compartir su interfaz con otros softwares (Api de 3°). Resultado: Pancho Gugel delata mi multifacética multilocación en Twitter, FB, Delicious, Proz, Slideshare, Vimeo, Youtube, Blogger, WordPress, Ning, Linkedin, Animoto, Diigo, Couchsurfing (oops, perfil privado), foros de debate, etceterísima. En 2010 hice una prueba piloto (previa encuesta sobre sus hábitos internáuticos) con un grupo de alumnos de los últimos años de secundaria: complementamos las clases con trabajos colaborativos en google docs y con comunicación a través de un grupo privado en FB. Me di cuenta de que su nativismo digital está circunscripto al entretenimiento pero aún no les han enseñado a aprovechar la Web2 para el estudio y el trabajo. En las clases de informática habían aprendido… a usar Word.
[Optimismo OFF] No voy a extenderme en el debate comunicación vs conexión que cunde en los foros pertinentes. La hiperconexión –hybris de la modernidad líquida– me huele a hipertensión, hiperglucemia…. hipermercado: un fascinante espacio del que salimos (al menos tenemos esa posibilidad) con el carrito pletórico de innecesarios bártulos (que quedarán relegados a nuestro olvido o indiferencia -¿como el 90% de nuestros amigos de FB o contactos de msn?- y comestibles que terminaremos desechando, o consumiendo hasta que nos provoquen hipercolesterol. ¿Para qué coleccionamos toneladas de información que nunca deglutiremos y, por tanto, nunca se convertirá (por falta de tiempo o relevancia) en nutrientes de nuestro conocimiento? El desarrollo de habilidades cognitivas para seleccionar, jerarquizar, organizar y procesar tan vasta información debe ser una prioridad en la agenda educativa. ¿Qué tipo y qué calidad de vínculos y de comunicación establecemos con centenares –y hasta miles- de contactos que abultan listas en nuestros varios perfiles sociales y que bifurcan maravillosamente los tentáculos de nuestro ego virtual (léase “redes”)? Ni apocalíptica ni integrada, como persona, como docente y como estudiante intento comprender (no he dicho aceptar) la resemantización del adjetivo social y del concepto de comunicación. La expansión de las redes (sociales) está patinada de estrategias de marketing basadas en la sociología y psicología del hombre light: pertenecemos, tenemos muchos amigos, somos visibles… trofeos de una fama ganada a fuerza de effear durante horas. Irónicamente, la soledad –se ha dicho- es el mayor mal de nuestra época…
Non siamo soli, diría Ramazzotti; tengo un millón de amigos, Roberto Carlos. Y decían que era amor la soledad que compartían…
Redes sociales
3 Votes
Por Marina Menéndez
Descargar entrada en PDF
Enseño a escribir. Y escribo. Hace un tiempo realicé un curso sobre el uso educativo de las redes sociales y lo que sigue es una de mis intervenciones en el foro del curso:
[Optimismo ON] En la sociedad de la información todas las personas tienen la maravillosa posibilidad de conectarse en tiempo real y a través de los más diversos medios –objetos de deseo atractivos, livianos y subyugantes- con cualquier otro ser humano en cualquier momento y en cualquier lugar. Hoy la tecnología –devenida en Prometeo moderno- ha robado a los dioses la omnipresencia y el control de la información. Un mínimo movimiento digital nos transporta a galaxias de información, nos pone en contacto sincrónico con millones de seres humanos de todo el planeta, nos convierte, en productores, reproductores y consumidores de un universo sin fronteras y en constante expansión, en orgullosos nodos de una inconmensurable red digna de un dios. (Quizás debería hacerse un retoque a la cúpula de la Capilla Sixtina y reemplazar el obsoleto dedo divino por alguna otra forma digital). Las redes sociales, definidas como grupos de afinidad, constituyen nuevos modos de interactuar e intercomunicarse (aspecto social) gracias a herramientas informáticas (aplicación) que, a su vez, se relacionan con otras aplicaciones (distribución) y que pueden compartir su interfaz con otros softwares (Api de 3°). Resultado: Pancho Gugel delata mi multifacética multilocación en Twitter, FB, Delicious, Proz, Slideshare, Vimeo, Youtube, Blogger, WordPress, Ning, Linkedin, Animoto, Diigo, Couchsurfing (oops, perfil privado), foros de debate, etceterísima. En 2010 hice una prueba piloto (previa encuesta sobre sus hábitos internáuticos) con un grupo de alumnos de los últimos años de secundaria: complementamos las clases con trabajos colaborativos en google docs y con comunicación a través de un grupo privado en FB. Me di cuenta de que su nativismo digital está circunscripto al entretenimiento pero aún no les han enseñado a aprovechar la Web2 para el estudio y el trabajo. En las clases de informática habían aprendido… a usar Word.
[Optimismo OFF] No voy a extenderme en el debate comunicación vs conexión que cunde en los foros pertinentes. La hiperconexión –hybris de la modernidad líquida– me huele a hipertensión, hiperglucemia…. hipermercado: un fascinante espacio del que salimos (al menos tenemos esa posibilidad) con el carrito pletórico de innecesarios bártulos (que quedarán relegados a nuestro olvido o indiferencia -¿como el 90% de nuestros amigos de FB o contactos de msn?- y comestibles que terminaremos desechando, o consumiendo hasta que nos provoquen hipercolesterol. ¿Para qué coleccionamos toneladas de información que nunca deglutiremos y, por tanto, nunca se convertirá (por falta de tiempo o relevancia) en nutrientes de nuestro conocimiento? El desarrollo de habilidades cognitivas para seleccionar, jerarquizar, organizar y procesar tan vasta información debe ser una prioridad en la agenda educativa. ¿Qué tipo y qué calidad de vínculos y de comunicación establecemos con centenares –y hasta miles- de contactos que abultan listas en nuestros varios perfiles sociales y que bifurcan maravillosamente los tentáculos de nuestro ego virtual (léase “redes”)? Ni apocalíptica ni integrada, como persona, como docente y como estudiante intento comprender (no he dicho aceptar) la resemantización del adjetivo social y del concepto de comunicación. La expansión de las redes (sociales) está patinada de estrategias de marketing basadas en la sociología y psicología del hombre light: pertenecemos, tenemos muchos amigos, somos visibles… trofeos de una fama ganada a fuerza de effear durante horas. Irónicamente, la soledad –se ha dicho- es el mayor mal de nuestra época…
Non siamo soli, diría Ramazzotti; tengo un millón de amigos, Roberto Carlos. Y decían que era amor la soledad que compartían…
Preguntas similares
hace 6 años
hace 6 años
hace 9 años