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La película narra el progreso de una infección altamente letal por un virus híbrido, denominado MEV-1, que tiene su origen en un virus transmitido por murciélagos (como el virus real 'Nipah') y que se combina con otro virus de origen porcino muy similar al virus gripal.
La epidemia se origina en Hong Kong y en un estado de EEUU (donde llega por un viajero internacional) y, a partir de ahí, se extiende rápidamente. Mientras esto sucede, la comunidad médica y científica intenta desesperadamente identificar el virus y encontrar una vacuna eficaz. En toda la película es evidente que el pánico se propaga entre la sociedad más rápido que el virus, y la gente se las ingenia para sobrevivir en una sociedad cuyas normas básicas de convivencia entran en cuestión. El lema del poster oficial de la película es “Nada se transmite como el miedo”.
No he visto la película, obviamente, pero gracias a la red y a varios artículos comentándola (desde 'New Scientist' hasta los propios Centers for Disease Control, CDC), y aún tratándose de un thriller made in Hollywood, en este caso se ha intentado reproducir acciones o escenarios que pueden perfectamente ser realidad en una situación similar. La película ha contado con el asesoramiento científico de prominentes colegas expertos en epidemiología y enfermedades infecciosas, que han puesto sus conocimientos a disposición de guionistas y director.
Además, los buenos son los buenos: Kate Winslet hace el papel de una epidemióloga del Epidemic Intelligence Service (EIS) del CDC, toda una institución respetada por años de formación de excelentes epidemiólogos de campo, dedicados a la prevención y control de las enfermedades transmisibles. Marion Cotillard pone el acento internacional al representar el papel de una epidemióloga de la OMS que viaja a Hong Kong para intentar determinar el origen de la infección.
Y los malos son malos: Jude Law es un periodista free-lance, adepto a las teorías de la conspiración, que mediante el uso de la red (vídeos y post de su blog) difunde la falsa afirmación de que un remedio homeopático basado en una planta es capaz de curar la infección. La gente, engañada por el falso rumor, se precipita en busca de esta cura y lo único que logra es aumentar el ritmo de contagio de la infección. El personaje interpretado por Jude Law se convierte en muy famoso tras una entrevista televisiva en la que acusa al Gobierno y a los CDC de desinformar y engañar a la población con respecto a la pandemia.
No sé por qué, pero esta situación me resulta relativamente familiar: ¿Periodistas 'por libre' que promocionan remedios homeopáticos en sus webs y en los que tienen intereses económicos?, ¿acusaciones infundadas de conspiración oficial y contra la comunidad científica con apariciones de personajes 'proféticos' y en posesión de la verdad en los medios y uso masivo de las redes sociales para difundir rumores falsos? Insisto, me suena…
Curiosamente, ni las multinacionales farmacéuticas ni los políticos o los responsables de salud pública son los malos de esta película. 'Rara avis' que dota de gran originalidad a la misma en estos tiempos que corren.
Hay coincidencia en afirmar que Soderbergh muestra de forma realista la respuesta de la comunidad científica y de la salud pública ante una pandemia, aunque modificada necesariamente por la ficción para dotar la historia de ritmo y producir impacto en el espectador. Trata también aspectos sociales de las pandemias o epidemias muy relevantes: pánico, pérdida del orden social, conflictos entre responsabilidades profesionales y éticas.
Tiene además algunos aspectos muy curiosos: en la web se puede observar un video de cómo se realizó un anuncio sobre la película, empleando unos gigantescos tanques de vidrio en los que se colocó caldo de cultivo y en los que se sembraron hongos (por una parte) y Serratia (por otra) que, al crecer día a día, acabaron dibujando las palabras del título de la película (en blanco: los hongos) y el signo internacional de peligro biológico (en rojo, Serratia). El cultivo se mostraba al público en un escaparate de un centro comercial.
En fin, a esperar el estreno. Mis colegas del servicio y yo, incluyendo los MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública, planeamos una “tarde cinematográfica” para ir a verla en cuanto se estrene. Seguro que nos divertiremos y criticaremos algunas cosas por exageradas o inexactas, pero, como siempre, la realidad puede superar a la ficción.
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