Respuestas
Respuesta:
Desde las postrimerías del siglo XIX, el sistema político liberal y democrático fue considerado como el más apto para canalizar la política de masas, ya que a través de los partidos políticos con sus diferentes idearios, proyectos y plataformas políticas, podrían resolverse y encausarse las problemáticas políticas, económicas y sociales.
Explicación:
Sin embargo, con la Segunda Revolución Industrial de 1850, y las consecuencias económicas que produjo, el capitalismo ya no se vio como la solución mágica a los problemas del mundo. Al exigir a las industrias renovarse y adecuarse a las nuevas tecnologías, ellas lo hicieron recurriendo a la financiación externa, generando fuertes endeudamientos, y esto terminó haciendo desaparecer a las más débiles y concentrándolas en pocas manos lo que eliminó la competencia libre y abierta que frenaba la escalada descontrolada de los precios.
El capitalismo liberal que había aparecido como un sistema sin fisuras, comenzó a mostrarlas, y se lo acusó de ser culpable de esta Gran Guerra. Además, cuando el excedente productivo, y la caída de las bolsas, desembocaron en la crisis de 1930, con devaluación monetaria, inflación, con cierre de empresas y fábricas, y por ende, desempleo y marginación social, el liberalismo agonizó.
Las dictaduras que antes mencionamos, por el contrario, se mostraron como una respuesta favorable ante la crisis, con una gran presión estatal sobre sus economías (y sobre las libertades individuales) y obligó a los países democráticos y capitalistas a sustituir el estado liberal por el estado de bienestar.
Respuesta:
La simple aspiración a la Isonomía que caracterizaba al Estado liberal no fue suficiente para contener durante más tiempo sus evidentes contradicciones internas. El capitalismo, sin ningún tipo de regulación, era el engranaje económico que coadyuvaba armoniosamente con los principios liberales del individualismo más exacerbado. Ello consagraba la desigualdad, no ya solo la evidente en el terreno económico sino, además, en el terreno político. Porque, es conocido que el sistema liberal imponía como requisito indispensable para poder ejercer el sufragio, que no era universal, el llegar a un cierto nivel de renta. Este requisito fue justificado con la más demagógica hipocresía que se hallaba amparada bajo la falsa retórica igualitaria que preconizaba el liberalismo. Los liberales argüían que cualquier persona que deseara ejercer el sufragio podía hacerlo con la única condición de alcanzar el nivel de rentas exigido. No existían trabas que resultaran biológicamente insalvables, no obstante que la capacidad de ahorro de un humilde asalariado de la época pudiera permitirle alcanzar el mencionado nivel de renta exigido, era altamente improbable, cuando no imposible.
Explicación: