• Asignatura: Religión
  • Autor: claudi2309
  • hace 8 años

¿Por qué como Ignacianos es importante interesarnos por el tema ecológico?​

Respuestas

Respuesta dada por: jose123lara
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Respuesta:como Ignacianos es importante interesarnos por el tema ecológico?​

Explicación:

Respuesta dada por: sebastianmurillopo
0

Respuesta: si es importante

Explicación: Desde sus experiencias espirituales en Manresa el mundo es para Ignacio una gran teofanía. En él se manifiesta Dios y en él quiere ser encontrado, adorado, amado y servido. Esa es su nueva mística, la que le trasforma de eremita en jesuita. A partir de entonces la pasión de Ignacio no se focalizará ya en ayunos, penitencias y oraciones sino en amar y servir a Dios, amando y sirviendo a su mundo. Cuando más tarde escriba las Constituciones de la Compañía de Jesús pedirá a cada uno de sus miembros algo que vale para todos porque define el horizonte más precioso de su espiritualidad: ‘Es preciso buscar y hallar a Dios en todas las cosas, a Él en todas amando y a todas en Él, conforme a su santísima voluntad.’

¿No existe ahí un principio inspirador de esa triple relación con Dios, con los demás y con la tierra en la que se mueve la vida de la humanidad? ¿Podremos acaso, una vez situados en esa cosmovisión, separar a Dios de lo que él tanto ama, el mundo? ¿Podremos responder a su amor sin expresárselo en el cuidado del hábitat de todos los seres vivos? Decididamente no. Cuando nos relacionamos horizontalmente con las cosas – viene a decir Ignacio – es preciso encontrar y amar en ellas a su Fuente y su Dador: ser ‘místicos horizontales,’ contemplativos en la acción. Cuando nos relacionamos ‘verticalmente’ con Dios, es preciso descubrir y amar en Él al mundo: ser activos en la contemplación.

En esta visión ignaciana del mundo como realidad transida de Dios, y de Dios como Alguien que nos regala el mundo y se da en él, una cosa es de notar. Que hombres y mujeres, naturaleza, cosmos, acontecimientos históricos, etc, no son para nosotros una ‘ocasión’ a partir de la cual nos elevamos a Dios. No. Que no encontramos a Dios a través de ellos sino en ellos. ¿Cómo, entonces, si la naturaleza es don de Dios y lugar en el que Él se nos da, podríamos no interesarnos por ella?

En el movimiento ecológico convergen de hecho muchas tradiciones, cada una con su propio acento. El nuestro es éste: las ‘cosas’ son criaturas, son don de Dios, no propiedad nuestra. No son de uso libre. Al acercarnos a ellas lo primero que tendríamos que hacer es dar un paso atrás, porque ‘el suelo que pisamos es santo,’ no nos pertenece. Sólo después podríamos dar un paso adelante cuando hayamos visto las cosas como hermanas de creación. Es lo que quiere decir Ignacio con el tanto – cuanto del PyF y con el ‘en todo amar y servir a su divina majestad’ de la CaA. ¿No tenemos todos alguna experiencia de que sin ese primer paso atrás, de adoración y acción de gracias, nuestra relación con las cosas se pervierte fácilmente, se convierte en auto-búsqueda?

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