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Aunque no es ni arqueóloga ni paleontóloga, la folclorista Adrienne Mayor excavó hondo en el pasado y descubrió claves literarias y artísticas que podrían explicar de dónde surgió la inspiración para muchos de los gigantes, monstruos y otras criaturas extrañas de la mitología antigua. "Descubrí que si examinamos todos los lugares de los mitos griegos, vemos que son sitios con abundante material fósil." "Pero esos mitos contienen también gran cantidad de conocimiento natural, lo que demuestra la gran percepción que tenían los griegos acerca de los fósiles."
Mayor descubrió que, como los actuales cazadores de fósiles, los antiguos griegos y romanos coleccionaban y medían los huesos petrificados que encontraban y los exhibían en templos y museos. Además, reconocían que los fósiles eran evidencias de la vida pasada. En su libro, Los primeros cazadores de fósiles: la paleontología en tiempos de los griegos y los romanos, Adrienne Mayor utiliza un riguroso estudio de textos clásicos para demostrar que algunos de los fósiles más impresionantes y misteriosos fueron usados como eviden cia para sustentar mitos o crearlos.