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Capitulo I: Este es la narración de cómo todo fue en suspenso, no había nadie, no existía nada, sólo el mar estaba en calma y el cielo en su ampliación, todo estaba inmovilidad y silencio en la oscuridad de la noche, no había nadie pero el creador Tepeú y Gucumatz hablaron sobre la creación del hombre y hacerlo, dispusieron la creación de los árboles y el nacimiento de la vida y del hombre. Dispusieron la creación del agua, la tierra, el día y la noche. Capitulo II: Los dioses hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de los bosques, los genios, y los pájaros, luego crearon la morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores. Cuando terminaron de todo esto, les fue dicho por el creador y el formador que hablaron cada uno según su especie, pero se dieron cuenta que es imposible para los animales que invocaron sus nombres. Por esta razón fueron sacrificadas sus carnes y condenados a ser comidos y luego matando los animales que existen sobre la tierra. Hubo un debate de crear y formar al hombre de tierra y notaron que no podría multiplicarse, luego lo hicieron de madera y notaron que hablaban pero no tenían sentimientos.
Capitulo III: Los hombres de madera fueron destruidos por una inudación, los dioses los castigaron porque no habían pensado en su madre ni en su padre. Y por esto motivo, la faz de la tierra se obscurió y la tierra comenzó una lluvia negra. Y continuó llover todo el día y la noche. Luego los dioses crearon los animales grandes y pequeños, los perros y las aves de corral a comérselos los hombres. Les trataban mal y les hacía mucho destrucción. Cuando los dioses destruyeron los hombres, así fue la ruina y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques; estos son la muestra de ellos, porque sólo de palo hecha su carne por el creador. Por esta razón el mono se parece al hombre, que eran solamente de madera. Capitulo IV: Había un poco claridad en la tierra aunque no había sol, sólo había un ser de hombres orgullos de si mismo que se llamaba Vucub-Caquix, se creía la luz de la luna y el sol, exclamaba de su gran esplendor y por él caminaran los hombres, pero en realidad, no era el sol solamente. Se vanagloriaba de sus riquezas.
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