una copia de lengua y literatura larga

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Respuesta dada por: santoxelgamer
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En 1973 la censura española prohíbe la publicación de Gracias por el fuego(1965), a pesar de que ya se había distribuido la edición uruguaya en tiradas cortas. Al uruguayo le sorprende: todavía no se había dado el golpe militar en su país y todavía dirigía el departamento de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Montevideo. "En nuestro medio sería inconcebible que la censura vetara un texto de ese tenor", sostiene. Círculo de Lectores le había ofrecido un anticipo de 65.000 pesetas por la obra.Benedetti es uno de los pocos autores que no sucumbe a la oferta de Balcells. Desde Buenos Aires, ya en el exilio, le escribe el 19 de marzo de 1974: "Le agradezco mucho su ofrecimiento para una representación de toda mi obra en todas las lenguas, pero en esto soy bastante maniático y nunca he querido tomar un agente total. No se me escapa que es una mala decisión en lo económico, pero en este campo al menos, quiero mantener mi libertad".JOSÉ DONOSO "Carmen, estoy muy pobre, más que nunca"Los intercambios epistolares entre Donoso y Balcells son pura literatura, incluso cuando se ciñen a lo mercantil. Atrapado entre el talento y las necesidades económicas, Donoso confiesa a menudo sus angustias. "Estoy muy pobre, más que nunca. Espero el dinero de Buñuel. Te quiero pedir el favor de que no me cobres de golpe la deuda", le escribe a comienzos de 1972 desde Calaceite, el pueblo de Teruel donde se ha instalado junto a su esposa, Pilar, y donde recibe un día la visita de Luis Buñuel: "Pero es imposible hablar de nada con él, por sordo y por fregado.. Que si... que no... que el aguardiente y el marrasquino, y nada. Quedamos en las mismas".Donoso escribe en 1972 Historia personal del boom, donde habla de sus colegas con los que mantiene intensas relaciones de amistad y competencia. En junio de 1973 se queja a su agente de que Seix Barral lanza su obra, Novelitas burguesas, a la sombra de Mario Vargas Llosa: "La estupidez es lanzar a dos latinoamericanos juntos, dándole importancia a uno y ninguneando al otro". Pero quizás la carta que mejor ayuda a entender al complejo Donoso es la que escribe en Calaceite el 30 de julio de 1974 para rechazar una invitación de la televisión francesa a tener una entrevista política sobre Chile y donde expone las razones, que acaban siendo un autorretrato psicológico. "Como sabes -y quizás por eso no me quieres como me podrías querer-, mi ferocidad se manifiesta en el sarcasmo: el sarcasmo de Casa de campo es feroz. Pero yo no soy hijo de les evenements de Mai, ni aspiro a mártir, ni que se me recuerde como el hombre más idealista ni más comprometido del mundo, ni como un ser moralmente perfecto: soy imperfecto, mis ferocidades tienen la forma que tienen...".ERNESTO SÁBATO "Es triste salir en una editorial de segundo orden"Con el autor de Absalón, Absalón hubo sus más y sus menos. Se percibe en una carta que le escribe el 9 de abril de 1978: "Con respecto a la filmación de El túnel, en el largo periodo en que no recibí respuesta suya, y ante la presunción de que usted no se interesaba por mis cosas, acepté una gestión que está en desarrollo. Si eso no resulta, con gusto pondré el asunto en sus manos, ahora que se han aclarado los malentendidos".El autor argentino se queja del maltrato que está recibiendo en el mercado anglosajón: "Usted comprende, Carmen, que tampoco estoy en situación de tener que dar exámenes ante cada lector norteamericano o inglés, bastante a menudo discutible y aun mediocre, es muy triste para una novela que ha tenido la crítica mundial de Sobre héroes y tumbas salir en una editorial de segundo orden, pero qué le puedo hacer, algo verdaderamente demoniaco se ha interpuesto entre la obra y los editores en lengua inglesa".AUGUSTO ROA BASTOS "No es que me repelan las desnudeces femeninas"El autor de Yo, el Supremo acepta con humildad lo que parece haber sido una regañina de Carmen Balcells en julio de ese año por la publicación de artículos en Interviú México: "Desde ahora en adelante me atendré a tus instrucciones de no enviar más artículos para esa revista (...) al ver por los números que me enviaste el carácter bastante burdo y sensacionalista de la revista de México, me alivia enormemente no tener que aparecer más en dicha publicación. No creo que nos hagan ningún favor de prestigio ni a la Agencia ni a mí. No es que me repelan las desnudeces femeninas y otros encantos, pero no creo que funcione en ningún sentido que mis artículos aparezcan en este despampanante sándwich".

04valen: no hay otro
Respuesta dada por: ameliamendozauegead
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El Principe y El Mendigo  

Erase un principito curioso que quiso un día salir a pasear sin escolta. Caminando por un barrio miserable de su ciudad, descubrió a un muchacho de su estatura que era en todo exacto a él.

-¡Si que es casualidad! -dijo el príncipe-. Nos parecemos como dos gotas de agua.

-Es cierto -reconoció el mendigo-. Pero yo voy vestido de andrajos y tú te cubres de sedas y terciopelo. Sería feliz si pudiera vestir durante un instante la ropa que llevas tú.

Entonces el príncipe, avergonzado de su riqueza, se despojó de su traje, calzado y el collar de la Orden de la Serpiente, cuajado de piedras preciosas.

-Eres exacto a mi -repitió el príncipe, que se había vestido, en tanto, las ropas del mendigo.

Contó en la ciudad quién era y le tomaron por loco. Cansado de proclamar inútilmente su identidad, recorrió la ciudad en busca de trabajo. Realizó las faenas más duras, por un miserable jornal.

Era ya mayor, cuando estalló la guerra con el país vecino. El príncipe, llevado del amor a su patria, se alistó en el ejército, mientras el mendigo que ocupaba el trono continuaba entregado a los placeres.

Un día, en lo más arduo de la batalla, el soldadito fue en busca del general. Con increíble audacia le hizo saber que había dispuesto mal sus tropas y que el difunto rey, con su gran estrategia, hubiera planeado de otro modo la batalla.

-Cómo sabes tú que nuestro llorado monarca lo hubiera hecho así?

Pero en aquel momento llegó la guardia buscando al personaje y se llevaron al mendigo. El príncipe corría detrás queriendo convencerles de su error, pero fue inútil.

Aquella noche moría el anciano rey y el mendigo ocupó el trono. Lleno su corazón de rencor por la miseria en que su vida había transcurrido, empezó a oprimir al pueblo, ansioso de riquezas. Y mientras tanto, el verdadero príncipe, tras las verjas del palacio, esperaba que le arrojasen un pedazo de pan.

-Porque se ocupó de enseñarme cuanto sabía. Era mi padre.

El general, desorientado, siguió no obstante los consejos del soldadito y pudo poner en fuga al enemigo. Luego fue en busca del muchacho, que curaba junto al arroyo una herida que había recibido en el hombro. Junto al cuello se destacaban tres rayitas rojas.

-Es la señal que vi en el príncipe recién nacido! -exclamó el general.

Comprendió entonces que la persona que ocupaba el trono no era el verdadero rey y, con su autoridad, ciño la corona en las sienes de su autentico dueño.

El principe había sufrido demasiado y sabia perdonar. El usurpador no recibio mas castigo que el de trabajar a diario.

Cuando el pueblo alababa el arte de su rey para gobernar y su gran generosidad el respondia:

Es gracias a haber vivido y sufrido con el pueblo por lo que hoy puedo ser un buen rey.

Espero que esto te/los ayude :D

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