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1- Mortalidad infantil
Esta es la primera y la más grave, por definitiva, de las consecuencias de la pobreza infantil. Cada año, casi 6 millones de niños mueren antes de cumplir cinco años, generalmente, por enfermedades que son fácilmente evitables como son las diarreas provocadas por el agua en mal estado. En determinadas regiones del planeta como África Subsahariana, 1 de cada 12 niños no llega a cumplir cinco años. Estas muertes son causa directa de la pobreza y la exclusión. El no disponer de medios para evitar estas consecuencias fatales tiene su explicación en el abandono y la exclusión en la que viven millones de niños y niñas. La imposibilidad de disponer de agua potable y segura es un ejemplo sencillo de cómo un gesto, para nosotros tan cotidiano, como es el abrir un grifo y que salga agua limpia– toda la que queramos – es en el mundo global en el que vivimos, un privilegio que 1.800 millones de personas no tienen hoy en día.
2- Mala salud en el presente con consecuencias en su desarrollo futuro
Otra de las consecuencias de la pobreza infantil es la mala salud, comenzando por el retraso en el crecimiento que viene ocasionado generalmente por la mala alimentación o el hambre. Cerca de 156 millones de menores de cinco años sufren retraso del crecimiento.
Como mencionábamos anteriormente, el consumo de agua en mal estado y la ausencia de saneamientos públicos son vectores determinantes en la mala salud de millones de niños y niñas. No hay que olvidar que casi 950 millones de personas defecan al aire libre, lo cual incide directamente en la contaminación del agua que se bebe en los suburbios de las grandes ciudades. Otras enfermedades como la tuberculosis, con 1,5 millones de muertes al año, o la malaria, con más de 300.000 muertes de niños por año, están también directamente relacionadas con la pobreza.
La mala, escasa o ausencia prolongada de alimentación es otro de los factores de la pobreza que incide directamente en la mala salud y que puede ocasionar enfermedades crónicas en el futuro. La malnutrición, el hambre, la desnutrición son consecuencias de vivir en situación de pobreza. Las adversidades que un niño sufre en sus tres primeros años marcan su desarrollo cognitivo y esta puede ser la diferencia en que tenga o no un buen desempeño escolar.
Sin educación, sin futuro
La imposibilidad de acceder a una educación de calidad y de asistir al colegio con regularidad y aprovechamiento es otra de las consecuencias de la pobreza infantil. Para apreciar la magnitud de las cifras de la falta de educación en el mundo, si juntáramos a todos los niños que no van a la escuela en un solo país sería el 4º país más poblado de la tierra, con 275 millones de pequeños ciudadanos que no tienen la oportunidad de asistir a clases. Solo China, India y Estados Unidos tendrían más habitantes. Pero si juntamos en un país a aquellos niños que sí acuden a la escuela, pero que la enseñanza que reciben es tan deficitaria que no les servirá en el futuro, estaríamos hablando del tercer país más poblado del mundo, con 500 millones de habitantes y que se colocaría en este ránking ficticio por delante de Estados Unidos.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la pobreza también marca el desarrollo cognitivo de los niños y niñas y es otro de los determinantes del fracaso escolar. Está comprobado que la falta de educación es causa y consecuencia de la pobreza infantil. Un círculo vicioso que hace que los niños pobres no puedan asistir o recibir una buena educación y que, por este mismo motivo, seguirán sufriendo las consecuencias de la pobreza en el futuro. Sin educación hay un presente devaluado y un futuro destinado a pobreza y exclusión.
Esta es la primera y la más grave, por definitiva, de las consecuencias de la pobreza infantil. Cada año, casi 6 millones de niños mueren antes de cumplir cinco años, generalmente, por enfermedades que son fácilmente evitables como son las diarreas provocadas por el agua en mal estado. En determinadas regiones del planeta como África Subsahariana, 1 de cada 12 niños no llega a cumplir cinco años. Estas muertes son causa directa de la pobreza y la exclusión. El no disponer de medios para evitar estas consecuencias fatales tiene su explicación en el abandono y la exclusión en la que viven millones de niños y niñas. La imposibilidad de disponer de agua potable y segura es un ejemplo sencillo de cómo un gesto, para nosotros tan cotidiano, como es el abrir un grifo y que salga agua limpia– toda la que queramos – es en el mundo global en el que vivimos, un privilegio que 1.800 millones de personas no tienen hoy en día.
2- Mala salud en el presente con consecuencias en su desarrollo futuro
Otra de las consecuencias de la pobreza infantil es la mala salud, comenzando por el retraso en el crecimiento que viene ocasionado generalmente por la mala alimentación o el hambre. Cerca de 156 millones de menores de cinco años sufren retraso del crecimiento.
Como mencionábamos anteriormente, el consumo de agua en mal estado y la ausencia de saneamientos públicos son vectores determinantes en la mala salud de millones de niños y niñas. No hay que olvidar que casi 950 millones de personas defecan al aire libre, lo cual incide directamente en la contaminación del agua que se bebe en los suburbios de las grandes ciudades. Otras enfermedades como la tuberculosis, con 1,5 millones de muertes al año, o la malaria, con más de 300.000 muertes de niños por año, están también directamente relacionadas con la pobreza.
La mala, escasa o ausencia prolongada de alimentación es otro de los factores de la pobreza que incide directamente en la mala salud y que puede ocasionar enfermedades crónicas en el futuro. La malnutrición, el hambre, la desnutrición son consecuencias de vivir en situación de pobreza. Las adversidades que un niño sufre en sus tres primeros años marcan su desarrollo cognitivo y esta puede ser la diferencia en que tenga o no un buen desempeño escolar.
Sin educación, sin futuro
La imposibilidad de acceder a una educación de calidad y de asistir al colegio con regularidad y aprovechamiento es otra de las consecuencias de la pobreza infantil. Para apreciar la magnitud de las cifras de la falta de educación en el mundo, si juntáramos a todos los niños que no van a la escuela en un solo país sería el 4º país más poblado de la tierra, con 275 millones de pequeños ciudadanos que no tienen la oportunidad de asistir a clases. Solo China, India y Estados Unidos tendrían más habitantes. Pero si juntamos en un país a aquellos niños que sí acuden a la escuela, pero que la enseñanza que reciben es tan deficitaria que no les servirá en el futuro, estaríamos hablando del tercer país más poblado del mundo, con 500 millones de habitantes y que se colocaría en este ránking ficticio por delante de Estados Unidos.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la pobreza también marca el desarrollo cognitivo de los niños y niñas y es otro de los determinantes del fracaso escolar. Está comprobado que la falta de educación es causa y consecuencia de la pobreza infantil. Un círculo vicioso que hace que los niños pobres no puedan asistir o recibir una buena educación y que, por este mismo motivo, seguirán sufriendo las consecuencias de la pobreza en el futuro. Sin educación hay un presente devaluado y un futuro destinado a pobreza y exclusión.
fabianw817gmailcom:
gracias
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