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Noxa es un término que sirve para calificar a todo aquel elemento que puede afectar a un determinado organismo. Al entrar en contacto con este factor, se está propenso a presentar desequilibrios físicos, psíquicos y sociales que afectan directamente a la salud.
Un ejemplo común para ilustrar el daño que puede causar una noxa, puede ser el contacto del hombre con un virus o bacteria. Cuando la noxa se introduce en el organismo, las defensas de este lo reconocen para posteriormente tratar de eliminar el desequilibrio que causa la enfermedad.
La transmisión de una noxa se da principalmente por tres factores: la susceptibilidad que se encuentra el organismo, las condiciones del ambiente y la interacción que tenga el individuo con lo que le rodea.
Existen tres tipos de noxas: las biológicas, físico-químicas y aquellas de carácter socio-cultural. En el caso de la última, algunos autores también incluyen factores psíquicos.
Tipos (características de cada una)
A continuación se comentan las características más destacadas de los tipos de noxas:
Biológicas
-También son llamadas agentes patogenizados.
-Se les consideran como las principales causantes de las enfermedades, puesto que en ellas están comprendidas los virus, bacterias y parásitos.
-Pueden causar afecciones porque se encuentra una mayor o menor cantidad en el organismo. Esto quiere decir que existen virus y bacterias que pueden ser beneficiosos para el cuerpo humano, pero que de encontrarse grades o escasos valores de los mismos, pueden provocar problemas graves en la salud.
-Los protozoos se encuentran incluidos en este grupo y pueden actuar como consumidores, saprófitos y hasta parásitos. Pueden causar enfermedades como el paludismo o el mal de Chagas.
-Otro tipo de noxa biológica son los hongos, unicelulares o pluricelulares. Estos pueden causar afecciones y erupciones en la piel.
-Los gusanos y vermes también son noxas que pueden alojarse en el sistema digestivo, debido al consumo de alimentos mal manipulados.
Físico-químicas
-En este grupo están comprendidos todos los derivados por sustancias químicas y por agentes físicos potencialmente mortales para el hombre.
Físicos: incluyen cambios bruscos de la temperatura, presión atmosférica, rayos ultravioletas, rayos X, golpes y heridas, sobreexposición a los rayos del sol y radiaciones atómicas.
Químicas: la causa puede ser el consumo o la inhalación de sustancias tóxicas como venenos, contaminantes y mordeduras de animales ponzoñosos.