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En 1517, año en el que Carlos V asume como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Martín Lutero presenta en Wittenberg su tesis contraria a la Iglesia Romana, en la que la imputaba de haber traicionado el mensaje de Cristo, iniciándose así el rompimiento de la unidad cristiana en occidente.
Por esta razón a Carlos V se le presentó un problema de índole político y religioso, en la que a su criterio la solución era procurar la unidad religiosa de la Cristiandad y la unión política en el Sacro Imperio, optando por convocar un concilio, cuyo fin era ratificar la creencia católica y condenar al luteranismo, así como también realizar las reformas necesarias dentro de la Iglesia Católica. Dicha convocatoria no contó con el apoyo de las partes involucradas, excepto la Corona Española.
Convoca la Dieta de Worms