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cada uno de los colombianos puede y debe colaborar en la consecución de la paz cuidándose y protegiendo a sus vecinos, amigos y familiares, denunciando actitudes sospechosas y sacando el odio de su corazón .
Ese fue el llamado que hicieron los obispos de la Iglesia Católica colombiana, reunidos en Bogotá, en el marco de su 74 Asamblea Plenaria Extraordinaria, que concluye hoy.
El Papa Juan Pablo II también se unió a este clamor y dio algunas pautas para que cada ciudadano contribuya con un futuro mejor para el país.
El Papa está preocupado por Colombia y pide a todos que se hagan cosas a favor de la paz. Son cosas pequeñas, desde el hogar, la oficina, en situaciones cotidianas y que pueden ser un aporte a la reconciliación y al perdón , dijo monseñor Beniamino Stella, nuncio Apostólico de su Santidad en Colombia.
Hay que denunciar.
El Estado necesita enfrentar la situación con la colaboración de todos los ciudadanos. Todos, en semejante escenario de terror que vive el país, tenemos que colaborar con las legítimas autoridades , dijo monseñor Pedro Rubiano, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.
No podemos pretender tener un policía que nos cuide a cada uno, ni esperar que todo lo hagan por nosotros. Cada uno puede contribuir para hacer posible la seguridad, a través de alianzas con los vecinos, preocupándonos por ellos, tomando ciertas precauciones , agregó monseñor Rubiano.
Según los obispos, una segunda tarea para los colombianos es denunciar cualquier hecho raro o sospechoso. La gente sabe bien quién ronda por la cuadra, qué movimientos raros hay. Lo importante es denunciar , aconsejaron.
Por ejemplo, monseñor Rubiano, al recordar los atentados contra el Palacio de Nariño, el 7 de agosto, día de la posesión del Presidente Alvaro Uribe, insiste en que es poco creíble que nadie se haya dado cuenta de que algo extraño estaba pasando, de que había gente que hacía trabajos de noche, personas que ofrecían pagar arriendos anticipados hasta por seis meses, en momentos en que es muy difícil arrendar una vivienda. Todo indicaba que había algo raro, pero nadie dijo nada , lamenta.
Los obispos de la Iglesia Católica invitan a los colombianos a arrancar el deseo de venganza de sus corazones, lo que no quiere decir que no puedan exigir que se haga justicia.
Yo siempre cito el ejemplo del Papa Juan Pablo II. Apenas se restableció del atentado contra su vida salió de la clínica y fue a la cárcel a perdonar a su agresor. Pero, nunca impidió que la justicia italiana actuara. Una cosa es arrancar el odio y otra es tolerar que a las personas culpables de crímenes no se les aplique la ley en sus debidas proporciones , dijo monseñor Rubiano.
En el caso concreto colombiano no debemos tener sentimientos de venganza ni de odio. El odio trae más violencia , dice monseñor Fabián Marulanda, secretario del Episcopado.
Y como dice monseñor Alberto Giraldo, arzobispo de Medellín, la última invitación a los colombianos es a mantener viva la esperanza de lograr la paz y tener un futuro mejor.
FOTO/Martín García EL TIEMPO.
Monseñor Pedro Rubiano, presidente del Episcopado y monseñor Fabián Marulanda, secretario, dieron una voz de aliento a los colombianos
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