Respuestas
Antecedentes
Los antecedentes geográficos, políticos y culturales del Imperio Bizantino se remontan a las conquistas realizadas por Alejandro Magno. Parte del territorio conquistado por el macedonio se mantuvo unido durante siglos, aunque con frecuentes enfrentamientos entre la Anatolia y Grecia.
Al final, los gobernantes de ambas tierras vieron como Roma acababa tomando el poder y se convirtieron en provincias del Imperio. A pesar de eso, consiguieron mantener sus rasgos culturales propios, una mezcla de la herencia helenística con las influencias orientales.
La primera división administrativa en el Imperio Romano la estableció Diocleciano, a finales del siglo III. Este dividió el Imperio en dos partes, con un emperador diferente en cada zona. Sin embargo, cuando perdió el poder, se volvió al sistema tradicional con un único centro de poder, Roma.
Fue Constantino el que consiguió pacificar el territorio tras los años de guerra que habían seguido a la decisión de eliminar la mencionada división. En el año 330, ordenó reconstruir Bizancio, a la que denominó Nueva Roma. Como homenaje al emperador, la ciudad también era conocida como Constantinopla.
Creación del Imperio
En el año 395, Roma pasaba por momentos complicados. Sus fronteras eran asediadas y atacadas por los germanos y otras tribus bárbaras. La economía era muy precaria y era incapaz de afrontar los gastos que la defensa de un territorio tan grande necesitaba.
Estas circunstancias, entre algunas otras, fueron las que llevaron al emperador Teodosio a dividir definitivamente el Imperio. Sus dos hijos fueron los designados para ocupar los tronos respectivos: Flavio Honorio, en Occidente; y Acadio, en Oriente.
La capital de esta segunda corte se estableció en Constantinopla, momento en el que los historiadores marcan el nacimiento del Impero Bizantino. Aunque Roma caería unas décadas después, Bizancio se mantendría durante casi un milenio.
Consolidación
Mientras lo que quedaba de Imperio Romano de Occidente entraba en decadencia, en Oriente sucedía todo lo contrario. Al contrario de lo que le pasó a Roma, pudieron resistir las invasiones bárbaras, fortaleciéndose en el proceso.
Constantinopla fue creciendo y ganando influencia, a pesar de las continuas oleadas que visigodos, hunos y ostrogodos lanzaron contra ella.
Cuando el peligro de los intentos de invasión acabó, el Imperio de Occidente había desaparecido. El de Oriente, en cambio, se encontraba en las puertas de vivir su momento de más esplendor.
Este llegó bajo el mandato de Justiniano, que supuso la ampliación de sus fronteras hasta casi alcanzar la misma extensión que había tenido el Imperio Romano.
Características principales
El desarrollo del cristianismo ortodoxo
En materia religiosa, el Imperio bizantino se caracterizaba por ser un estado cristiano. De hecho, su poder político estaba fundado en la autoridad de la iglesia.
El emperador era el segundo en jerarquía eclesiástica, porque siempre, por encima de él se encontraba el Papa en Roma.
Dentro del Imperio bizantino se dio origen a la Iglesia Cristiana Ortodoxa. Esta tendencia religiosa tuvo una gran importancia en los territorios de Bulgaria, Rusia y Serbia y actualmente es una de las iglesias más grandes del mundo.
El desarrollo comercial
Gracias a su ubicación estratégica entre Europa, Asia y África, el Imperio bizantino era una de las principales terminales de la ruta de la seda y el centro comercial más importante durante la Edad Media.
Debido a esto, la invasión otomana ocasionó una ruptura en la ruta de la seda, lo cual obligó a las potencias europeas a buscar otras rutas comerciales. Búsqueda que concluyó en el Descubrimiento de América.
El desarrollo cultural
El Imperio bizantino tuvo un amplio desarrollo cultural y una participación fundamental en la conservación y transmisión del pensamiento clásico. Su tradición historiográfica mantuvo con vida la tradición artística, arquitectónica y filosófica.
Por este motivo, se considera que el desarrollo cultural de este imperio fue importante para el desarrollo cultural de toda la humanidad.
Respuesta:
los habitantes de constantinopla tienen unos rasgos culturales propios, con una mezcla de la herencia helenistica con influencias orientales
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