Plantee una solución para los problemas de la explosión demografica en Asia

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Respuesta dada por: albalillo10
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La primera es recuperar, mediante un gran pacto de los líderes políticos, empresariales y sociales, el nivel de expectativas sobre el futuro del país; no resulta fácil ilusionarse con un proyecto de una España partida en retales, donde los problemas se afrontan a bronca limpia y en el que las políticas de Estado a largo plazo se toman en los escasos límites propios de legislaturas parlamentarias. Con este paso se estimularía el crecimiento demográfico interno: si confío en el futuro, le daré hijos.
La segunda es un plan de inmigración bien estructurado, sin demagogias ni populismos de salón, que atraiga talento, creatividad y mano de obra activa. La ola de inmigración que se produjo con la burbuja inmobiliaria no es la solución como tampoco lo es, con independencia del drama social que representa, la presión migratoria del continente africano en pateras fletadas por las mafias más abyectas. Con este plan se estimularían nuevos nichos de actividad económica acordes con el modelo de sociedad al que nos dirigimos globalmente.

La tercera medida es aumentar la edad de jubilación, por tres razones: la necesidad de alargar el período activo de las personas, manteniéndolas como cotizantes y no como perceptores de renta pública; la conveniencia de aportar retornos al conjunto social durante un mayor período de tiempo sobre la inversión realizada en formación y capacitación; y, por último, la oportunidad de que cada persona se sienta realizada y útil cuanto mas tiempo mejor, máxime cuando hoy en día una mujer o un hombre con 65 años está, por lo general, en perfectas condiciones para realizar un trabajo intelectual, de investigación, de gestión o incluso físico.

Y la cuarta es la potenciación de la actividad de voluntariado. Resulta un oxímoron afirmar que el voluntariado debería ser obligatorio pero así es. Con una doble ventaja: la de mantener un estilo de vida activo, saludable y gratificante, con la necesidad de aprender y socializar continuamente, y la de complementar los servicios y prestaciones a los que el Estado de bienestar no llega. El inventario de necesidades al que una persona voluntaria puede atender subsidiariamente es casi infinito: infancia, adolescencia, formación, primeros auxilios, ayuda al desarrollo, adicciones, enfermedad, dependencia, vejez, medioambiente

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