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En la Metamorfosis, obra escrita por Franz Kafka, el personaje principal Gregorio Samsa se muestra como presa de una transformación inesperada de humano a insecto. En este sentido, Gregorio tiene que enfrentarse a múltiples problemas entre los que se cuenta la movilidad, ya que no su nueva forma no le permite desplazarse como antes.
Gregorio resuelve sus problemas de movilidad adaptándose poco a poco a su nueva condición de insecto. En un principio le cuesta mucho trabajo incorporarse ya que no puede controlar sus múltiples patas que se agitaban constantemente.
Después, en cuanto empezó a tomar conciencia de la nueva forma de su cuerpo (y ya que todavía no podía controlar sus patas) optó por balancearse para para poder desplazarse. De igual forma, después agregó la estrategia de recargarse en el respaldo de una una silla para poder avanzar.
En cuanto asimiló sus nuevas facultades de movimiento, las patitas, apoyadas en el suelo, le obedecían perfectamente y ya que empezaron a llevarle adonde deseaba ir. Aunque en el caminado hacia atrás, no podía controlar la dirección.
Respuesta:
espero te ayude
Explicación:
En la Metamorfosis, obra escrita por Franz Kafka, el personaje principal Gregorio Samsa se muestra como presa de una transformación inesperada de humano a insecto. En este sentido, Gregorio tiene que enfrentarse a múltiples problemas entre los que se cuenta la movilidad, ya que no su nueva forma no le permite desplazarse como antes.
Gregorio resuelve sus problemas de movilidad adaptándose poco a poco a su nueva condición de insecto. En un principio le cuesta mucho trabajo incorporarse ya que no puede controlar sus múltiples patas que se agitaban constantemente.
Después, en cuanto empezó a tomar conciencia de la nueva forma de su cuerpo (y ya que todavía no podía controlar sus patas) optó por balancearse para para poder desplazarse. De igual forma, después agregó la estrategia de recargarse en el respaldo de una una silla para poder avanzar.
En cuanto asimiló sus nuevas facultades de movimiento, las patitas, apoyadas en el suelo, le obedecían perfectamente y ya que empezaron a llevarle adonde deseaba ir. Aunque en el caminado hacia atrás, no podía controlar la dirección