• Asignatura: Historia
  • Autor: juancho22005
  • hace 8 años

¿Cuáles fueron las transformaciones sociales, políticas y económicas que vivió Europa y el mundo durante la primera mitad del s. XX?​

Respuestas

Respuesta dada por: isnagonzalon08
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Respuesta:

La mayor parte de la gente instruida a quien se le pregunte nos dirá que, si hubo una revolución en el si­glo XX, ésta fue la revolución rusa o la revolución comunista. Si estos respondedores instruidos son lectores fieles de Eric Hobsbawm, la mayoría en favor de esta respuesta será abrumadora. Por fortuna, sin embargo, hay una minoría creciente que se da cuenta de lo profundamente errónea que es esta respuesta. La gran revolución del si­glo XX tuvo lugar sin que el gran público se diera apenas cuenta: la verdadera revolución del si­glo XX fue la implantación de la socialdemocracia, sobre todo en Europa, pero en realidad en todo el mundo; si no se implantó con total generalidad, sí fue casi general su aceptación como modelo a seguir y adoptar. Y hay que recordar que la palabra socialdemocracia resulta especialmente apropiada en este contexto, porque el cambio profundo que esa revolución trajo consigo tuvo lugar en la esfera política con el establecimiento general de la democracia como forma de gobierno y en la esfera socioeconómica con la generalización del Estado de bienestar, es decir, con un incremento muy sustancial del gasto público con fines asistenciales.

Respuesta dada por: rnikititi23
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Respuesta:

En las ciencias sociales ocurre característicamente que es imposible separar sectores si quiere comprenderse de manera cabal los grandes fenómenos históricos. Aunque en las universidades la Economía se estudie en unas facultades y en otras la Ciencia Política, la Sociología, la Antropología, y aun en otras la Historia, en la realidad social todos estos campos están inextricablemente mezclados. En muchos casos concretos la separación en campos académicos es conveniente por razones de método; pero nunca debe perderse de vista que el homo economicus, el homo politicus y demás homínidos son abstracciones que deben manejarse con mucho cuidado para evitar peligrosas distorsiones.

El subtítulo del libro que es objeto de este comentario ya expresa gran parte de su mensaje, un mensaje muy interesante pero que, a mi entender, insiste demasiado en esa compartimentación. Sheri Berman, profesora de Ciencia Política en la sección femenina de la neoyorquina Universidad de Columbia (Barnard College), acierta plenamente, a mi entender, en caracterizar el triunfo de la socialdemocracia como el más importante fenómeno político-social del si­glo XX. El libro se abre con la siguiente pregunta (las traducciones son mías): «En la primera mitad del si­glo XX, Europa fue la región más turbulenta del planeta [...]. En la segunda mitad estuvo entre las más plácidas, un ejemplo de armonía y prosperidad. ¿Qué cambió?». La respuesta, naturalmente, es la socialdemocracia, que hizo compatibles el capitalismo y la democracia. Este nuevo orden socialdemócrata «debe ser entendido como una solución a los problemas planteados por el capitalismo y la modernidad». Y añade nuestra autora: «Pocos estudiosos o comentaristas han otorgado a la socialdemocracia el respeto o el análisis en profundidad que merece». Esto es lo que se propone hacer ella.

Por supuesto, el razonamiento de Berman es muy sensato y muy claro, y nos explica en gran parte lo que ocurrió en Europa en el si­glo XX, como ella pretende. Pero ella es politóloga y quien esto escribe es economista aficionado a la historia, y si las tesis de ella llevan el agua hacia su molino, un servidor tiende más bien a llevarlas al molino económico. Porque si bien es cierto que el determinismo de Marx era demasiado mecanicista y simplista, sí tenía él razón en la fuerza inexorable del desarrollo económico. Es cierto que ese desarrollo produjo otras consecuencias que las que él preveía: ni polarización ni pauperización, como hemos visto, sino más bien un relativo aburguesamiento del proletariado. Ahora bien, aunque de manera muy diferente a como Marx la imaginó, la revolución socialista sí se llevó a cabo en forma de revolución socialdemócrata. A mi juicio, pese a sus errores, la Historia ha vindicado a Marx, siquiera sea parcialmente: el capitalismo, tal como él lo conoció a mediados del XIX, era inviable a la larga. Lo que él no reconoció, aparte del crecimiento de la clase media, fue la flexibilidad del sistema: en las sociedades desarrolladas, en los momentos de confrontación, empresarios y trabajadores estuvieron dispuestos a transigir, por una razón muy simple: el crecimiento económico, el aumento de la productividad, era tan grande que daba para que todos mejoraran al tiempo que la población crecía en proporciones inauditas.

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