Respuestas
Respuesta:
Ay, qué pereza con usted!
¡Ay, pobre de él!
¡Ay, me duele todo el cuerpo!
¡Ay, cómo me haces doler el corazón!
¡Ay!, ¿qué le habrá pasado!
¡Ay, no sé por dónde coger!
¡Ay!, ¿por qué será así?
Hay para todo solución en la vida, menos, para la muerte.
No sé si hay tiempo en estos momentos para hacerlo.
Cuando hay plata, compro de todo.
Hay problemas en la vida, que no deben angustiarnos.
Si hay comida preparada, te invito a cenar.
Hay un tiempo en la vida, que no podemos dejar de vivir: la juventud.
Dicen por ahí, que cuando hay ganas, todo suele salir bien.
Me dijeron que él anda por ahí.
Ahí es donde vive Juan.
De ahí provienen esos malos olores.
Ahí está la plata que le debo.
Yo habito ahí, donde está el perro afuera.
La comida se la deje ahí, en la mesa.
La relación empezó ahí, donde se habían conocido.
De ahí para adelante, todo empezó a cambiar.
Los papeles hay que dejarlos ahí, en esa oficina del quinto piso.
Ahí estaré mañana en la noche.
Respuesta:
Oraciones con “hay”:
- Hay comida en la nevera.
- Hay amigos que duran toda la vida.
- Hay cucarachas en la sala.
- En la cocina hay platos limpios.
- No hay manzanas.
- ¿Cuántos chicos hay en la fiesta?
- Hay que buscar nuevas rutas.
- ¿Hay alguien allí?
- Hay 50 personas.
- No hay nada que hacer.
AHÍ
Es un adjetivo que hace referencia o indica un lugar.
Oraciones con "ahí":
- Ahí está la misma señora de siempre.
- ¿Podemos ir por ahí?
- Voy a caminar por ahí.
- Ahí, en el sofá.
- Eduardo vive ahí.
- Ahí están tus llaves.
- Vamos al cine, ahí elegimos que película ver.
- Ahí está el taxi.
- Salí de mi casa al cine y ahí me di cuenta que no llevé el monedero.
- Ahí está lo que pediste.
AY
Es una interjección que expresa emociones. Por lo generar se sitúa entre signos de exclamación en los textos.
- ¡Ay!, se me enterró una espina en el dedo.
- ¡Ay, que dolor!, no iré al colegio.
- ¡Ay, que sorpresa!
- ¡Ay! me duele la cabeza.
- ¡Ay! Me manché la blusa.
- ¡Ay! Olvidé la reunión.
- ¡Ay, caramba!
- ¡Ay! Empezó a llover.
- ¡Ay! Me golpee el dedo.
- ¡Ay, qué alivio!