Respuestas
Respuesta:
Actualmente en cualquier fábrica de ladrillos se llevan a cabo una serie de proceso estándar que van desde la elección del material arcilloso al proceso de empacado final. Este proceso ha sufrido una evolución notable en los últimos años. Gracias a dicha evolución, el proceso de convertir la arcilla, conformada por sílice, agua, alúmina, óxido de hierro y magnesio en un ladrillo, se ha hecho más práctico hoy en día.
El proceso de elaboración de un ladrillo se compone de las siguientes fases:
Extracción de la materia prima: Se extrae y transporta la arcilla, la materia prima necesaria par a la fabricación de ladrillos desde la zona de extracción hasta los lugares de producción.
Maduración: Antes de incorporar la arcilla al ciclo productivo, esta se somete a una serie de tratamiento de trituración, homogeneización y reposo expuesta a los elementos, con la finalidad de obtener una adecuada consistencia y uniformidad de las características físicas y químicas deseadas.
Tratamiento mecánico previo: Consiste en una serie de operaciones cuya finalidad es la de purificar y refinar la materia prima. Los instrumentos utilizados en dicha fase son los siguientes:
Eliminador de piedras: Sirve para reducir las dimensiones de los terrones.
Desintegrador: Se encarga de triturar aquellos terrones de mayor tamaño, más duros y compactos.
Laminador refinador: Se trituran los últimos nódulos que pudieran estar en el interior del material.
Depósito de materia prima procesada: Se deposita el material en silos especiales y techados donde el material se homogeniza definitivamente tanto física como químicamente.
Humidificación: Se retira la arcilla de los silos y se transporta a un laminador refinador para posteriormente mover a un mezclador humedecedor, en el cual se agrega agua para obtener la humedad precisa.
Moldeado: Consiste en pasar la arcilla a través de una boquilla para conseguir la forma del objeto deseado. Este proceso se realiza en caliente, utilizando vapor saturado a aproximadamente 130ºC y a presión reducida. Con ello se obtiene una humedad más uniforme y una masa más compacta.
Secado: Es una de las fases más delicadas del proceso de producción, ya que de ella depende, en gran parte, el buen resultado y calidad del material. El secado tiene la finalidad de eliminar el agua agregada en la fase de moldeado para así poder pasar a la fase de cocción.
Cocción: Se realiza en hornos de túnel de hasta 120m de longitud donde la temperatura de cocción oscila entre 900ºC y 1000ºC. En el interior del horno la temperatura varía de forma continua y uniforme. Durante este proceso se produce la sinterización, lo que determina la resistencia del ladrillo.
Almacenaje: Antes del embalaje, se procede a la formación de paquetes sobre pallets, lo cual permitirá facilitar su transporte con carretillas. El embalaje consiste en envolver los paquetes con cintas de plástico o metal, con la finalidad de poder ser depositados en lugares de almacenamiento y facilitar su transporte.