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Conocimiento de toda la creación. Del griego "theogonia", que significa etimológicamente "generación de los dioses", se entiende por teogonía todo relato en el que se explica el proceso de generación de los dioses; el término se aplica a todo lo relacionado con la generación y desarrollo de lo divino
El mito indaga el significado originario del mundo; quiere saber. Una piedra en medio del desierto, la reproducción de una especie rara o la vida humana requieren una explicación que satisfaga la sed de conocer. El mito presta atención e interpreta los acontecimientos en el espacio y en el tiempo, en particular los más alejados. Paradójicamente, solo así asume la comprensión de los acontecimientos presentes. Al igual que la ciencia empírica, pero de modo diverso, el mito da sentido al mundo a través de las causas y los efectos. Todo mito es una etiología.
Cuando el mito explica el origen o el recomienzo, expone una cosmogonía; cuando explica el final, expone una escatología. Ambas pueden ser universales o particulares.
A su vez, toda cosmogonía pueden ser más o menos general: puede explicar el origen del universo, de los dioses o de los hombres.
Tal es la estructura de nuestro estudio: abordamos el inicio del cosmos (cosmogonía stricto sensu), de los dioses (teogonías en sentido lato) y de los hombres (en el politeísmo antiguo y en el monoteísmo judeocristiano).
A la interpretación de los acontecimientos en el tiempo, se añade la concepción del tiempo mismo según las culturas. Los griegos lo conciben como un proceso cíclico. Ejemplos no faltan en Heráclito, Empédocles, Hesiodo, Platón, Aristóteles… En este punto coinciden las culturas griegas y las orientales: los antiguos sistemas cosmogónicos de Egipto, Babilonia o la India también sostienen la reversibilidad del tiempo y la inmanencia de los dioses al mundo. Muy distinto es el caso de la cultura judeocristiana, que estipula un
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tiempo sucesivo adecuado a un proceso divino de creación, maduración y establecimiento del reino de un único Dios trascendente al mundo. Por esta razón parece lógico disociar en este análisis las religiones politeístas de las monoteístas.