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LOS ARCOS DE TEPOJACO
Cuenta la leyenda que para construir esos Arcos en la época Colonial el arquitecto Pedro Gómez de Escontria que a su vez era el dueño de la hacienda del pueblo de Tepojaco,
en varias noches el diablo se le apareció como un charro negro montado en su caballo y le dijo que necesitaba la alma de niños inocentes aparte de la suya, y que esos niños los enterrara vivos en los diferentes pilares de esos arcos, para que así esos arcos ellos sostuvieran,
entonces vendió su alma al diablo y la de varios niños para poder construir ese acueducto, por el cual no les quedaban y se caían en muchas ocasiones,
también algunas personas que trabajaron en la obra murieron por diversos accidentes y sus cadáveres fueron sepultados en algunos Arcos,
por lo que en algunas ocasiones en la noche cuando sube la creciente del rio o llueve se pueden escuchar como las almas de los niños estan llorando y algunas veces diciendo “detente hermanito, detente hermanito por que la corriente nos va a llevar”
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