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Respuesta:Una historia sin verbos
22 de diciembre, tarde de verano.
Autos, bocinazos, ruidos de una calle alborotada. Calles adoquinadas, veredas maltratadas. Zapatillas sobre el adoquín, una mirada distraída. Un fuerte bocinazo, ensordecedor ¡PUM!
Su cara en el piso, el colectivero anonadado; miedo, shock, dolor, sobre todo mucho dolor.
Sangre, gente, llantos, muchas voces, más que voces, gritos, gritos de desesperación. El padre, con la mano en la cabeza de la joven, la ambulancia. ¿Hospital público? No, de ninguna manera, esta ambulancia no.
Otros minutos de largo dolor hasta la segunda ambulancia. Gritos entre el padre, el colectivero y los policías. Cada vez más gente.
¡La segunda ambulancia! Sus piernas inmóviles, la camilla, las puertas con cruces rojas. El padre y la hija en la ambulancia, lágrimas, desesperación.
¡Urgente, un atropello! Paredes blancas, médicos asustados. Las rodillas desencajadas, los pies como dos berenjenas y la cabeza con grandes moretones. Silla de ruedas ¡¿Por dos meses?!
24 de diciembre, Navidad; Una bicicleta
Explicación: