Respuestas
Respuestas:
respuesta #1
Fue difícil gobernar este imperio por estas razones:
Porque era inmenso. Ya de por sí ése es un problema.
Los gobernadores de provincias con suficiente popularidad, recursos económicos y soldados, se levantaban en armas contra el emperador en turno para usurpar el poder. No puedes administrar bien si se te están rebelando en todos lados (y no puedes darle gusto a todo el mundo).
Porque había invasiones todo el tiempo, pueblos presionando en las fronteras con ganas de entrar para huir del frío en el norte, de las hordas guerreras del este, o simplemente por razones punitivas con sus vecinos del medio oriente. Los ataques solían ser simultáneos en muchas ocasiones.
Porque si eras emperador y daban gusto al pueblo, el senado se oponía. Si dabas gusto a la aristocracia, el pueblo te mataba. Si dabas gusto al ejército, el pueblo resultaba afectado y el senado te reemplazaba . Si eras duro con el ejército, se rebelaban y te mataban. Si no dabas gusto a nadie, la guardia pretoriana te asesinaba, y se buscaba a otro monigote, encontrar el balance era un arte.
Porque se perseguían a los cristianos, ello te daba una mala reputación. Si no los perseguían, ello te daba una mala reputación también. Y eso conllevaba nuevos levantamientos, revueltas, O que algún cristiano resentido te asesinara por la espalda.
Porque ya las guerras interminables habían acabado a los romanos disponibles para el ejército, entonces había que reclutar extranjeros mercenarios, incluyendo altos mandos militares, con lo que los intereses comenzaron a cruzarse. No se puede administrar mientras se tienen “servidores” poderosos que trabajan con una agenda distinta a la del gobierno.
Porque honestamente, el 90% de los emperadores fueron ineptos. Si no tienes las capacidades necesarias, y sólo te pusieron allí por obra del destino o por una cualidad en específico, ¿cómo vas a poder administrar bien el imperio?
respuesta #2
Los francos, los suevos, los burgundios, los anglos, los sajones y los jutos, los vándalos, los frisones, los alanos (iranios) y los alamanes constituían el resto de los pueblos que llegaron por el norte.
respuesta #3
el imperio romano empezó a dividirse en el siglo III d.c.
El imperio romano fue dividido por Teodosio, el último emperador romano de origen español, este antes de morir dividió el Imperio entre sus hijos. Arcadio y Honorio, en el año 395 d.C. Arcadio, el mayor, gobernó el Imperio Romano de Oriente: que comprendía los territorios de Grecia, Macedonia, Turquía, Siria, Palestina y Egipto. La capital fue Constantinopla.
Honorio el menor, reinó en el Imperio Romano de Occidente; los territorios que en la actualidad pertenecen a Italia, Francia, España, Portugal, Inglaterra y el norte de África. La capital fue la ciudad de Milán, pero en la práctica siguió siendo Roma.