• Asignatura: Derecho
  • Autor: YulsGT
  • hace 8 años

¿Cuáles son las principales necesidades de una familia? OJO, no tiene que ser solo material ni básico. 10 por lo menos

Respuestas

Respuesta dada por: Kimo123
1

Respuesta:

Hoy más que nunca se hace necesario adelantar estudios rigurosos y sistemáticos sobre la realidad familiar y escolar junto con su incidencia en el desarrollo

humano y la formación de las nuevas generaciones. Tal necesidad nos animó a

proponer el macroproyecto de investigación “Familia y desarrollo humano”, en

el cual se inscribieron ocho proyectos de investigación de estudiantes de la

Maestría en Docencia de la Universidad de La Salle (cohorte 2014-2015), y a

invitar a otros estudiosos del tema para que lo enriquecieran desde diversas

perspectivas.

Desde el principio y durante el camino evidenciamos que el campo de investigación referido a familia, escuela y desarrollo humano tiene su nicho en

un escenario de problemas de orden biológico, afectivo, social y cultural, que

merecen ser considerados debido al enorme impacto que tienen sobre las

nuevas generaciones y la sociedad en general. Basta una mirada atenta para, de

una parte, darse cuenta de lo que pasa en la relación entre familia y escuela y,

de otra, imaginar sus implicaciones sociales y educativas. A manera de ejemplo

podríamos esbozar algunas situaciones1

.

Familia y escuela tienden a observarse unidireccionalmente como si no compartiesen propósitos educativos comunes. Ha de advertirse que lo que nos caracteriza

como personas (hablar, pensar, establecer vínculos afectivos, usar sistemas

1 Muchas de estas, relacionadas con familias colombianas en contextos socioeconómicos de bajos recursos.  

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Familia, escuela y desarrollo humano

simbólicos) no es producto directo de la maduración sino de una interacción

constante con los otros, quienes nos ofrecen la posibilidad de incorporar elementos básicos de nuestra cultura e introducirnos en ella y avanzar en nuestro

desarrollo personal. Al respecto Vygotsky (2000) señaló que el desarrollo

humano no puede entenderse al margen del contexto ni de la cultura en los

que se produce. Las interacciones que promueven el desarrollo se construyen

de modo significativo en los contextos donde las personas crecen y viven, de

ahí que la familia y la escuela, formadas por sistemas múltiples, sean ambientes

trascendentales para la formación humana (Solé, 1996).

Hay una ruptura entre familia y escuela. La familia tiende a mirar la escuela como

“guardería”, o el sitio seguro donde sus hijos pueden estar mientras los padres

trabajan; y la tiende a considerar como lo mínimo que puede ofrecer para

que su descendencia sea “alguien en la vida”. La escuela, por su parte, tiende a

observar a la familia como un contexto lejano a ella que no debe entrometerse

en los asuntos curriculares ni en la planeación institucional. Las relaciones de

la escuela con la familia suelen ser más burocráticas y sancionatorias que de

colaboración. Frente a esto, no es banal indagar acerca de las relaciones entre

familia y escuela, entre familia y profesionales de la educación, pues se plantea

la necesidad de un entendimiento mutuo entre ambos contextos de desarrollo

y aprovechar el potencial educativo de la relación entre las dos instituciones.

En nuestros días somos conscientes de la insistencia de la escuela para que la

familia se vincule y se responsabilice efectivamente en los procesos de formación de los niños y jóvenes. En otras palabras, existe una inconformidad —en

ocasiones tácita— frente a la apatía e indiferencia de la familia con respecto

a lo que ocurre en la escuela. Más todavía, dicha inconformidad se enfoca en

aquellas familias que le han endilgado a la escuela responsabilidades que, de

suyo, les pertenecen. La escuela, si queda sola, no puede lograr el propósito

de formar en lo humano o, si se quiere, de procurar su desarrollo.

Las funciones de cuidado y de protección de la familia hacia los hijos(as) tienden a

reducirse al ámbito de la satisfacción de las necesidades básicas de alimentación

y protección de la salud, y se deja por fuera el fomento de la autoestima y de

los cuidados adecuados para que los hijos puedan desenvolverse sin “tanto

miedo” en una sociedad cada vez más compleja

Explicación:

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