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El loro y el pájaro negro
Erase una vez, en un pequeño árbol del pueblo, dos pequeños pajaritos de distinta raza que no se llevaban muy bien. Por muchos años, el pájaro negro había sido despreciado y rechazado por todas las personas que pasaban por allí; decían que este era feo, poco colorido y sin gracia.
Por el contrario, en el caso del loro se puede decir que éste era el ave más adulada o halagada de todo el pueblo, los vecinos se apostaban en sus ventanas para poder verlo pasar, al mismo tiempo que se escuchaba decir que era hermoso, colorido, agraciado, y que sin duda les encantaría tener uno igual que él como mascota.
Ante esta situación, el pájaro negro solía sentirse muy mal, no era fácil ser rechazado por todas las personas del pueblo, estar recibiendo insultos, malos tratos, al mismo tiempo que escuchaba decir que el loro era el más hermoso, y ver como se peleaban por querer que fuera su mascota. A pesar de este sentimiento, el pájaro negro nunca sintió envidia de su semejante, por el contrario, siempre le deseaba lo mejor e incluso constantemente le ofrecía su amistad.
Cierto día, el pájaro negro observaba como una persona se acercaba a él, no le vio intenciones de hacerle daño, por lo que se quedó tranquilo simplemente a la espera de lo que podría pasar. Resulta que la persona le pidió ayuda, asegurando que él era uno de los mejores para mantener en óptimo estado la limpieza de los jardines.
En ese momento fue donde decidió adoptarlo, dándole mucho amor sin importar que los demás lo rechazaran y constantemente se burlaran de él por ser poco colorido y agraciado.
Moraleja: a pesar de nuestros defectos, siempre va a haber una o muchas personas que sepan ver más allá de lo físico, que nos aprecien tal cual somos y que se den cuenta de todas las capacidades que tenemos, que no tienen nada que ver con nuestra apariencia física.
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