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Respuesta:
Mesoamérica se extiende desde la parte meriodional de México hasta América Central, ocupando los actuales Guatemala, El Salvador, Belice, y el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Ciencias
Las ciencias encontraron un desarrollo particular en las civilizaciones de Mesoamérica.
La medicina, por ejemplo, se desarrolló por dos vías: la mágica (chamánica) y la pragmática (naturalista).
El chamán era el sacerdote y curandero de las comunidades. Sus tratamientos incluían tabaco o frijoles, y encantamientos u ofrendas, para atender las “enfermedades del alma”.
Por otra parte, otros curanderos que no tenían la jerarquía del chamán, también curaban pero con métodos más prácticos para tratar heridas, fracturas y hasta partos. Utilizaban plantas para la preparación de las “medicinas” que aplicaban.
Religión politeísta
Las culturas mesoamericanos tenían muchos dioses, todos asociados a la naturaleza que les rodeaba y que conocían.
Sus primeros dioses se relacionaban con los elementos naturales: fuego, tierra, agua y animales. Luego incorporaron divinidades astrales: sol, luna, constelaciones y otros planetas.
Las cualidades de esos dioses cambiaron con el tiempo y la influencia cultural de otros grupos. La señal distintiva de su religión era el dualismo entre las divinidades.
Sacrificios humanos
Otro rasgo característico de los pueblos de Mesoamérica fue el acto del sacrificar personas como ofrenda a los dioses.
Este era un acto con significado religioso, pero también político, porque se creía que con ellos se renueva la energía cósmica y al mismo tiempo se mantiene el orden divino establecido.
El poder vital que le atribuían a la sangre, les hacía creer que derramándola revitalizaban a los dioses, a la tierra, a la flora y a la fauna.
Escritura
La escritura también floreció en estas civilizaciones y fue estudiada en 1566 por un obispo español, Diego de Landa, quien describió el calendario maya con dibujos incluidos.
De hecho, los estudiosos consideran que las fechas son los glifos más fáciles de identificar en las inscripciones de piedra, por las «barras y puntos» utilizados como símbolos numéricos.
En los inicios de estos estudios se creía que los glifos que no hacían referencia a fechas, eran simplemente descripciones literales de los dioses o los animales, por ejemplo.
Pero esto le dio un matiz tan místico a esos escritos que dificultaron su estudio hasta que en 1960 una profesora de la Universidad de Harvard, Tatiana Proskouriakoff, descubrió el carácter biográfico de unas inscripciones en el sitio maya de Piedras Negras.
Más adelante, la incorporación de nuevos científicos y nuevos hallazgos dieron lugar a un fuerte movimiento para descifrar los jeroglíficos mayas que luego fue calificada como ideográfica.