Respuestas
irregulares
Ambos pertenecen a una de las tres conjugaciones en español, los que acaban en ar (amar, estar o jugar), los que acaben en er (placer, proteger o valer) y los que finalizan en ir (dormir, salir o ir).
Aquellos que no cambian su raíz a la hora de conjugarlos son los verbos regulares. El verbo amar mantiene la raíz am en cualquiera de sus formas (amo, amé, amaré...). En cambio, los verbos irregulares sí tienen alteraciones en su raíz en algunas de sus formas (el verbo caber, sería yo quepo, yo cabré o yo cupe).
El lexema o raíz se mantiene fijo en los regulares y va modificándose en los irregulares. Algunos de los verbos regulares más empleados son: trabajar, beber, vivir o aprender. Entre los irregulares estarían: contar, oler, oír o poner.
Si decimos que un verbo es regular esto implica que sigue un patrón, un mismo esquema. En consecuencia, es más fácil emplearlos en sus distintas formas. Los irregulares no están sujetos a una pauta o modelo, van cambiando. Así, resulta más difícil conjugarlos correctamente y es frecuente cometer errores al emplearlos; sobre todo si el hablante es extranjero y no está familiarizado con el idioma.