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Ese desequilibrio es sólo la punta de un iceberg cultural que deprava la idiosincrasia nacional hasta en su devenir cotidiano: nuestros modelos de vida están viciados por el éxito y la apología de la infracción, que siempre tiene páginas y cámaras dispuestas a registrarla con abundancia. Mientras tanto, la gente buena y valerosa del país, que es la mayoría, se desenvuelve en el transcurrir anónimo o en la divulgación ocasional, contribuyendo con sus gestas ignoradas al lustre de los malevos. No soy el único escritor que ha buscado relatar las historias individuales y organizacionales del país, y ha tenido que resignar su intención frente al temor y la discreción renuente, y respetable, claro está, de sus gestores, que tal vez no entiendan la importancia de su ejemplo para la construcción de un nuevo modelo de vida nacional. Historia de una voluntad relata y casi novela la vida de una mujer humilde en sus orígenes y en su ser, que se trazó, desde niña, la meta de tener una empresa en Colombia. Lilian Simbaqueba la soñaba familiar y fuerte, como su entorno; guiada por la presencia de Dios, como su fe, y generadora de bienestar para sus trabajadores y de servicio para su país, como concebía la vida. Ganó una beca para estudiar bachillerato en el Colegio Andino y otra para hacer su carrera en Alemania. Graduada como Ingeniera de Sistemas, con especialización en Economía, en la Universidad de Konstanz, se vinculó rápidamente a una empresa que manejaba el scoring financiero, un recurso estadístico del que se servía la banca en Europa para disminuir el riesgo de que la tumbaran. Sólo más rápida que su ascenso en la organización extranjera fue la decisión de retornar a su país a realizar su sueño y a enseñar lo que había aprendido. El 29 de marzo celebrará los 10 años de LiSim, una empresa innovadora que fundó con su papá y su esposo, y que extendió la validez de sus productos del sector financiero a los servicios, y a la que hoy se le abre un panorama provechoso con su scoring para los microcréditos, el futuro más claro de las entidades financieras. LiSim está metida en el mundo, con oficinas en Ecuador, Perú, México y presencia en Suráfrica y Egipto. Y ha comenzado a hacerle ojitos a la China. Historia de una voluntad es un camino intermedio entre el trabajo de dos precursores en la construcción del relato de las gestas económicas. Tiene elementos del libro Empresarios Colombianos del Siglo XIX, del buen historiador y mejor amigo Luis Fernando Molina Londoño. Pero es también una descripción humana, como las realizadas por ese buen periodista cercano a mi corazón que es Hollman Morales, en su libro A puro pulso (Intermedio Editores, 1996), del que siempre nos quedamos esperando la segunda parte. La reseña de los 100 Sucesos LiSim, que acompaña el relato sobre Lilian Simbaqueba, fue recopilada por la empresa, en un interesante ejercicio que destaca los valores humanos que la animan, más allá de las ganancias y el P & G. Los profesores Juan Carlos Montes y Luz Marina Ferro, de la Universidad de Los Andes, refieren en el prólogo las características de esta empresa Gacela. Ojalá este grano de arena contribuya a motivar a editoriales y escritores a edificar el género literario o el medio de comunicación de las historias de la gente buena en el país. Una colección que podría titularse 1.000 colombianos excelentes, sólo para comenzar, y en todo caso, para cambiar las huellas que nos identifican.
saludos