Revolución francesa economía causas fases y consecuencias
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Explicación:
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen.
CAUSAS: El auge de una clase burguesa nacida siglos atrás, que había alcanzado un gran poder en el terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el político.
El diezmo que cobraba el clero, apenas servía para mantener el culto y socorrer a los pobres.
La quiebra financiera provocada por los vicios del sistema fiscal, la mala percepción y la desigualdad de los impuestos, los gastos de la Corte, los costes de las guerras, y por los graves problemas hacendísticos causados por el apoyo militar a la guerra de Independencia de los Estados Unidos. Esta intervención militar se convertiría en arma de doble filo, pues, pese a ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la anterior derrota en la guerra de los Siete Años, la hacienda quedó en bancarrota y con una importante deuda externa. Los problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo de democracia del nuevo Estado emancipado precipitaron los acontecimientos.
FASES:Toma de la Bastilla:
Su cabeza fue cortada y exhibida en la ciudad clavada en una pica, naciendo desde entonces la costumbre de pasear en una pica las cabezas de los decapitados, lo que se volvió muy común durante la Revolución.
El Gran Miedo y la abolición del feudalismo:
En las áreas rurales, para protestar contra los privilegios señoriales, se llevaron a cabo actos de quema de títulos sobre servidumbres, derechos feudales y propiedad de tierras, y varios castillos y palacios fueron atacados. El rey, junto con sus seguidores militares, retrocedió al menos por el momento. Lafayette tomó el mando de la Guardia Nacional de París y Jean-Sylvain Bailly, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, fue nombrado nuevo alcalde de París.
Pérdida de poder de la Iglesia:
La revolución se enfrentó duramente con la Iglesia católica, que pasó a depender del Estado. En 1790 se eliminó la autoridad de la Iglesia de imponer impuestos sobre las cosechas, se eliminaron también los privilegios del clero y se confiscaron sus bienes. El viejo calendario gregoriano, propio de la religión católica, fue anulado por Billaud-Varenne, en favor de un «calendario republicano» y una nueva era, que establecía como primer día el 22 de septiembre de 1792.
Composición de la Asamblea:
Se oponían sistemáticamente a todo tipo de reformas y buscaban más sembrar la discordia que proponer medidas. El resto de la Asamblea conformaba lo que se llamaba el «partido de la nación». Representaban la franja más izquierdista de la Asamblea, dado que aún no se manifestaban los grupos radicales que iban a aparecer más adelante.
Camino a la constitución:
La Asamblea Nacional Constituyente no era solo un órgano legislativo, sino la encargada de redactar una nueva constitución. Algunos, como Necker, favorecían la creación de una asamblea bicameral en donde el Senado sería escogido por la Corona entre los miembros propuestos por el pueblo. Prevaleció, sin embargo, la tesis liberal de que la Asamblea tendría una sola cámara, quedando el rey solo con el poder de veto, pudiendo posponer la ejecución de una ley, pero no su total eliminación. El movimiento de los monárquicos para bloquear este sistema fue desmontado por el pueblo de París, compuesto fundamentalmente por mujeres , que marcharon el 5 de octubre de 1789 sobre Versalles.
Tras varios incidentes, el rey y su familia se vieron obligados a abandonar Versalles y se trasladaron al palacio de las Tullerías en París.
El reverso lleva un haz de lictor con un gorro frigio, símbolos de la Revolución, y la inscripción «la nación, la ley, el rey». Al rey solo le quedó el poder ejecutivo y el derecho de vetar las leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa. Aun cuando existía una fuerte corriente política que favorecía la monarquía constitucional, al final venció la tesis de mantener al rey como una figura decorativa. Jacques Pierre Brissot introdujo una petición insistiendo en que, a los ojos del pueblo, Luis XVI había sido depuesto por el hecho de su huida.
La Asamblea pidió a las autoridades municipales guardar el orden. Mientras tanto, la Asamblea había redactado la Constitución y el rey había sido mantenido, aceptándola. El rey pronunció un discurso ante la Asamblea, que fue acogido con un fuerte aplauso.
CONSECUENCIAS: Según la historiografía clásica, la Revolución francesa marca el inicio de la Edad Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna, lo que la sitúa en el corazón del siglo XIX. Abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía popular, que será el motor de las revoluciones de 1830, de 1848 y de 1871.3