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Fuerza Maxima
La fuerza es una capacidad física relacionada con los sistemas muscular y nervioso que le permite al cuerpo humano generar tensión para vencer u oponerse a una resistencia externa. Constituye uno de los factores fundamentales para lograr el rendimiento deportivo y uno de los que puede desarrollarse más mediante un entrenamiento adecuado, con independencia de los aspectos externos y estructurales del individuo (las características heredadas).[3]
La fuerza se manifiesta de diversas maneras y estas se clasifican de múltiples formas. La clasificación más tradicional la divide en fuerza máxima, fuerza-velocidad y fuerza-resistencia. La fuerza máxima es la parte del potencial total de fuerza de un músculo o grupo de músculos que puede activarse voluntariamente. La fuerza-velocidad es la capacidad del sistema nervioso de superar cargas externas con gran rapidez y se suele dividir en fuerza inicial (la capacidad de producir tensiones altas al inicio de un movimiento) y fuerza explosiva (la capacidad de continuar incrementando la tensión ya inducida). La fuerza-resistencia es la capacidad de oponerse a la fatiga producida por ejercicios repetidos en un periodo de tiempo prolongado.[1]
Resistencia
La resistencia es la capacidad de soportar la fatiga al realizar esfuerzos de larga duración y de recuperarse rápidamente durante y después de su ejecución. Involucra a los sistemas digestivo, respiratorio, circulatorio y muscular, mediante los cuales le proporciona oxígeno y nutrientes a los músculos para que funcionen adecuadamente durante periodos extendidos de tiempo. Existen múltiples factores que afectan la resistencia de un atleta. Entre los más importantes tenemos los siguientes:[3]
En general o local según la cantidad de músculos involucrados.
En resistencia de base o en resistencia específica según la especificidad de la modalidad deportiva.
En estática o dinámica según la forma de trabajo de la musculatura.
En resistencia de corta, media o larga duración según la duración del esfuerzo.
En aeróbica, anaeróbica láctica y anaeróbica aláctica según la forma de obtener energía muscular.
En resistencia de fuerza o resistencia de velocidad según su relación con otras cualidades físicas.
El objetivo principal del entrenamiento de resistencia es lograr la mayor eficiencia técnica posible con el menor gasto energético al ejecutar las actividades asociadas a una determinada modalidad deportiva. De forma más específica, se busca lograr un nivel predeterminado de intensidad, minimizar la pérdida de esa intensidad una vez adquirida, facilitar la recuperación, crear una base para aumentar el volumen de la carga de trabajo y estabilizar la técnica y la concentración al ejecutar las actividades.[1] Para lograr esos objetivos, los diferentes métodos de entrenamiento de resistencia varían en el tipo de la actividad física (continua o por intervalos) y en la duración de la misma (larga, corta, variable).[3]
Velocidad
La velocidad es una capacidad compleja que consiste en realizar movimientos en el menor tiempo posible, ya sean de desplazamiento o no, a un ritmo de ejecución máximo y durante un periodo de tiempo corto que no provoque fatiga. Está condicionada por el sistema muscular como ejecutor de los movimientos y por el sistema nervioso como receptor y transmisor de los estímulos.[3]
La velocidad se manifiesta de tres formas fundamentales: velocidad de reacción, velocidad contráctil y velocidad de desplazamiento. o o lograr una posición específica. Esta se manifiesta en dos conceptos diferentes pero estrechamente relacionados por la velocidad de ejecución de los movimientos: la flexibilidad y la elasticidad.[4] La flexibilidad es la capacidad de un cuerpo para ser deformado sin sufrir un daño estructural. La elasticidad es la capacidad de ese cuerpo para recuperar su forma o posición original una vez que desaparece la fuerza que provocó la deformación.[3]
Al igual que en las otras capacidades físicas, el objetivo del entrenamiento de la movilidad articular está determinado por las características de la modalidad deportiva que practica el atleta. No se trata de lograr valores extremos, ya que estos pueden causar efectos negativos en los otros aspectos de la preparación de los atletas, sino en lograr valores óptimos para la disciplina de interés con el fin de evitar lesiones y lograr los niveles apropiados de desarrollo técnico.[1]
El desarrollo de la movilidad articular se logra mediante un programa de estiramientos, que pueden ser estáticos o dinámicos. Los estiramientos estáticos consisten en movimientos lentos por el arco de movimiento hasta llegar a una posición final que se mantiene por varios segundos y ejercitan la flexibilidad del individuo. Los estiramientos dinámicos consisten en movimientos a velocidades medias o altas y ejercitan la elasticidad.[4]
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