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Desde el siglo VII, el Imperio se extiende de la península arábiga hasta la península ibérica. La expansión del islam se hace según el principio de la guerra santa o Yihad, concepto también expresado por Agustín de Hipona según el cual sería justo combatir para la verdadera fe: el cristianismo para Agustín de Hipona, el islam para Mahoma. Aunque se pueda establecer una equivalencia, no toman el término ni la idea de Agustín de Hipona, sino del Corán donde el término aparece en la fórmula «esfuerzo en el camino de Dios», en el sentido de esfuerzo para hacer reinar los derechos de Dios, es decir, para defender el islamismo. Si bien en los primeros siglos de la era cristiana, no hubo guerras de conquistas llevadas explícitamente en nombre de la fe cristiana, sí las hubo en nombre de la fe islámica.
En cambio las corrientes del cristianismo consideraron primero muy negativamente la emergencia del islam. Esta nueva religión ponía obstáculo a su reivindicación de universalismo (“católico” significa universal), y las referencias a los mensajes de la Biblia aparecían en ellos, así como a los judíos, más bien como una herejía cismática (para las corrientes que utilizan este concepto) que como un reconocimiento. La referencia al mensaje cristiano utilizada en el Corán había llegado a Mahoma vía cristianos monofisitas, docetas o nestorianos, es decir, de las corrientes consideradas heréticas por los Concilios de Nicea y Constantinopla.
A lo más, el islam aparecía ante ellos como una forma de competencia ligera, compartiendo su reconocimiento a un Dios único, pero refutando en cambio la idea de Trinidad.
Una tensión se crea entonces. Para Occidente cristiano, el mahometano se hace el infiel por excelencia, y Mahoma (de donde viene la deformación baphomet) es la imagen de un demonio pérfido, que predica en nombre de Dios para desviar a los fieles de la verdadera fe. A veces es asimilado como el Anticristo, a veces más simplemente hace recordar las palabras que los evangelios atribuyen a Jesús y que advierte contra profetas falsos que vendrán después de él. Desde el lado musulmán se establecen las mismas acusaciones.El apogeo de la civilización musulmana (en términos de desarrollo científico y técnico) se sitúa entre los siglos VIII y IX. Los beneficios culturales y técnicos obtenidos por los territorios occidentales gracias a la expansión musulmana son objeto de debate de los historiadores especializados.
Los progresos son tales, que se puede hablar de un “primer renacimiento”, muy anterior al fenómeno que se efectuará en Italia durante el siglo xiii. Ellos recibieron importantes conocimientos de países de antigua civilización que conquistaron: (Siria, Líbano, Egipto, Mesopotamia, la provincia romana de África). Pero esta recepción no fue meramente pasiva: con esta materia se producen desarrollos importantes y propios, como los logrados con el álgebra, o en el campo filosófico, el cual reconoce importantes personajes como Avicena, Al-Farabi o Averroes. Europa tiene entonces cerca de dos siglos de retraso sobre el mundo musulmán, aunque ciudades como Venecia tuvieron al respecto una situación extraordinaria. La imprenta vendrá luego para invertir el sentido de la diferencia cronológica.
Se conocerá el movimiento inverso de guerra justo también, algunos siglos más tarde, en la Reconquista de la península ibérica que verdaderamente se presenta en la batalla de Las Navas de Tolosa, la primera victoria de esta campaña, y se concluirá en el siglo XV por la conquista de los últimos reinos Taifas en 1492. Esta fecha corresponde también según Jacques Attali y Arnold J. Toynbee al exterminio de los últimos núcleos de resistencia cristiana en Egipto. Algunas cruzadas previamente destinados a reconquistar la tumba del Cristo habían reabierto en los países cristianos la ruta de las especias apoderándose de las escalas de Levante.
En el siglo IX, empieza el avance de los pueblos turco-mongoles de la región de las montañas Altái y del lago Baikal hacia el oeste; estos pueblos progresivamente se islamizan. Más tarde, debido al llamado de refuerzo hecho por el califa abasí para calmar las agitaciones, poblaciones turcas llamadas selyúcidas se instalan en Bagdad en el siglo XI.
El islam se extiende en Asia Menor y en la India. Un príncipe afgano convertido al islam instaura un sultanato en la India. Hay diferentes familias influyentes en las tribus turcas en Asia Menor, y la familia Osman, instalada cerca de Estambul, va a emprender la conquista de Asia Menor y de los Balcanes. Constantinopla cae en 1453. La expansión del islam en Europa se debió a las exitosas campañas militares que llevaron a cabo los otomanos, en particular sobre los albaneses y sobre los eslavos de Bosnia. (espero que sirva)