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Respuesta:
Explicación:
las poblaciones “callampas” como problema público. Santiago de
Chile, 1947-1970
the “callampas” settlements as a public problem. Santiago de Chile, 1947-1970
Emanuel Giannotti (Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo),
A final de 1947, la prensa inició a ocuparse de “un nuevo problema social” que estaba
surgiendo en Santiago: las poblaciones “callampas”. De estos asentamientos, se
destacaban las precarias condiciones y el hecho que sus habitantes habían ocupado
terrenos que no les pertenecían, supuestamente alentados por agitadores políticos. Según
algunas fuentes, varios de estos asentamientos surgieron en los años cuarenta o incluso
antes. Por lo tanto, era un fenómeno que ya existía cuando, en 1947, se inició a percibir
como un problema público, acuñando el término “callampa”.
El primer catastro que se pudo encontrar es de 1949. En 1952 se realizó el XII Censo
General de Población que, por primera vez, incluyó un Censo de Vivienda. Si bien este
incorporó las viviendas “callampas” y otras viviendas precarias, pocos meses después se
consideró necesario realizar un censo especial sobre poblaciones callampas, que fue
encomendado a una comisión especial. En los años siguientes, se realizaron varios otros
catastros por instituciones distintas (tanto públicas como privadas) y con criterios distintos
(y no siempre claros). A partir de final de los años cincuenta, economistas y sociólogos
incorporaron en el debate el concepto de marginalidad. El término “población marginal”
inició a ser utilizado paralelamente a “población callampa”, como demuestra la revisión de
la prensa, pero el primero fue aquello que se utilizó en la casi totalidad de los catastros y
estudios efectuados a lo largo de los años sesenta. Finalmente, con la ola de “tomas” de
terreno que se desató en 1969, pasó a ser muy utilizada la palabra “campamento”, que
finalmente remplazó las otras dos, siendo la que se utiliza todavía hoy en día.
Estos términos reflejan sólo en parte la complejidad de las variadas formas de morar de los
sectores populares, en donde existía también el arriendo (de piezas, de conventillos, de
piso, etc.), las ventas irregulares (“mejoreros”, “loteos brujos”, etc.) y las formas legales
(cooperativas, programas de viviendas de varias instituciones, etc.); las cuales tenían
muchas traslapes una con otra, siendo a veces difíciles determinar las diferencias. De la
misma manera, como ya se ha comentado, no hubo una definición clara y compartida de lo
que era una “callampa” (y sucesivamente, lo que era una “población marginal” y un
“campamento”). Sin embargo, de manera recurrente se mencionaban principalmente tres
aspectos: la precariedad de la edificación; la ilegalidad de la tenencia; y, en menor medida,
la falta de servicios básicos.
Esto determina que los catastros sean imprecisos y a veces incompletos. Además, en
muchos casos los catastros no pudieron ser encontrados. Sin embargo, se hallaron varias
fuentes que dan cuenta de ellos, teniendo, a veces, tablas de resumen. A partir de estas,
fue posible reconstruir los mapas de las poblaciones callampas ubicadas en Santiago en
1949, 1952, 1959, y de las poblaciones marginales en 1968. Los mapas muestran un primer
periodo en el cual las “callampas” eran bastante concentradas en lugares marginales
(bordes de los cursos de aguas, de las líneas férreas, cerros, basurales), pero cercanos al
centro (cuando la ciudad todavía tenía una extensión limitada). Sucesivamente, las
“poblaciones marginales” comenzaron a ocupar toda la periferia, debido al proceso de
extensión de la ciudad, pero sobre todo a la acción erradicadora del Estado.
En este sentido, desde el momento en el cual las “callampas” se constituyeron como un
problema público, tanto las autoridades como los técnicos que se ocuparon del fenómeno,
declararon que lo que debía hacerse era cancelar estos asentamientos. Si bien la acción del
Estado ha sido bastante variada, hay una clara tendencia: la gran mayoría de los
asentamientos irregulares originados por ocupaciones han sido erradicados a terrenos
urbanizados o poblaciones con una vivienda mínima, sobre todo a partir de los últimos
años cincuenta, cuando se iniciaron programas masivos de relocalización de las callampas.