la historia sobre una devoción de la religión católica, escribe e ilustra: (no pongan el señor de los milagros)
Respuestas
Respuesta:
La devoción al Corazón de Jesús es de origen medieval, siendo los escritos de santa Matilde de Hackeborn, santa Gertrudis de Helfta y santa Ángela de Foligno los testimonios más antiguos. Sin embargo, la fuente más importante de la devoción, en la forma en que la conocemos actualmente, es santa Margarita María Alacoque de la Orden de la Visitación de Santa María, a quien Jesús se le apareció. En dichas apariciones, Jesús le dijo que quienes oraran con devoción al Sagrado Corazón, recibirían muchas gracias divinas.Ya hemos indicado que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de Iglesia. Sin embargo, hay una fecha concreta en que esta devoción pasó a vivirse con un enfoque determinado; enfoque que lo dio el mismo Jesús a santa Margarita María de Alacoque el 27 de diciembre de 1673. El confesor de santa Margarita María Alacoque fue san Claudio de la Colombière, quien, creyendo en las revelaciones místicas que ella recibía, propagó la devoción. Los jesuitas extendieron la devoción por el mundo a través de los miembros de la Compañía, y los libros de los jesuitas Juan Croisset y José de Gallifet fueron fundamentales para esta difusión. A pesar de controversias y de opositores, como los jansenistas, los fieles confiaron en la promesa que Jesús hizo a la santa: "Mi Corazón reinará a pesar de mis enemigos".
Explicación:
RespueSan Martín de Porres es un santo entrañablemente querido y venerado en toda América, en toda tierra donde hay miembros de la familia religiosa dominicana, y en todo el mundo: su encanto es la caridad y la simplicidad: un sencillo, glorificado por Dios, que seduce a todo el que le llega a conocer.
Nació en lima, capital de Perú, el 9 de diciembre 1579, ingreso en el convento del Rosario de la Orden Dominica en 1594, de la misma Lima, con veintiún años, tras haber trabajado con un negociante de especias y de hierbas medicinales, y haber estado al servicio de un barbero-sangrador (oficio en el que era al mismo tiempo practicante, enfermero y cirujano). Profeso como hermano lego el 2 de junio de 1603.
Fray Martín se entregaba generosamente a la oración y al ayuno. El amor a Dios le llevaba hasta a imitar a Jesucristo en su orar de noche; el amor al prójimo llenaba la portería del Convento de toda clase de necesitados.
Murió en olor a santidad el 3 de noviembre de 1639, toda la ciudad acudió a su entierro y los milagros por su intercesión se multiplicaron, lo beatifico el Papa Gregorio XVI en 1837; Juan XXIII lo canonizó el 6 de mayo de 1962 y desde entonces la devoción a este primer santo mulato de América se extendió por todo el mundo.
En 1966 Pablo VI lo proclamó patrono de los peluqueros de Italia, porque en su juventud aprendió el oficio de barbero-cirujano, que luego, al ingresar en la Orden de Predicadores, ejerció ampliamente en favor de los pobres. Es también patrono del servicio de limpieza, más concretamente de los barrenderos.