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Explicación:La aparición del sistema capitalista en Europa Occidental y en América da lugar a una importante sobreexplotación de los obreros por parte de las empresas de las zonas industriales. No son extrañas jornadas laborales de diez a doce horas en ínfimas condiciones higiénicas y de protección frente a los innumerables peligros inherentes a algunos trabajos. A esta situación no son ajenos niños y mujeres, cuyas jornadas laborales son similares a las de los hombres. A estas condiciones de trabajo acompañan sueldos de miseria que a duras penas permiten satisfacer los gastos de manutención de las familias.
Las condiciones de trabajo en el campo no son, en general, mucho mejores. En zonas, como Andalucía, en las que tendrá gran incidencia el anarquismo, la propiedad de la tierra está enormemente concentrada. La gran mayoría de los campesinos carece de tierra propia y trabajan como jornaleros en las tierras de grandes terratenientes, poseedores de la mayor parte de la tierra (latifundios). Las jornadas laborales son igualmente largas (no es extraño encontrar jornadas "de sol a sol") y duras, pero con el agravante de la temporalidad. Sólo se trabaja durante las épocas del año en que hay alguna labor que hacer en el campo. Durante el resto del año (aproximadamente la mitad) se malvive con el sueldo de la parte del año en que se ha trabajado.
En estas condiciones no es nada extraño el nacimiento de un vigoroso movimiento obrero, que tiene orígenes en la época de la Revolución Francesa, e incluso antes, pero cuyo desarrollo y expansión se produce durante el siglo XIX, acompañando al desarrollo del capitalismo. Es por ésto que el movimiento obrero tendrá fuerza donde exista un sistema económico capitalista, no únicamente industrial (como en la mayoría de los casos), sino también agrícola. No creo necesario exponer aquí con detalle las principales corrientes socialistas, llamadas utópicas, que configurarían posteriormente el socialismo y que darían lugar a la fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T. o I Internacional) en 1864.
Había diferencias claras entre el grupo de autoritarios (que luego serían llamados "socialistas") y el de antiautoritarios (luego llamados "anarquistas"), pues los autoritarios eran partidarios de conquistar el estado capitalista para transformarlo tras un periodo de transición en un estado dirigido por las clases trabajadoras y los antiautoritarios, en cambio, estaban en contra de la existencia de cualquier estado, aunque se autotitulase partidario de los trabajadores, pues estimaban que los estados acabarían desnaturalizando su naturaleza inicial para convertirse en estados represivos, igual a los existentes. Como consecuecia, los antiautoritarios eran partidarios de la absoluta libertad del individuo, sin ataduras a ningún estado que pudiera condicionarla.
No obstante, también entre los antiautoritarios existían diferencias de criterio que se concretaban en la oposición entre los anarcocolectivistas, partidarios de agrupaciones obreras defensoras de sus intereses comunes (sindicatos) precursoras de la organización postrevolucionaria, y los anarcocomunistas, partidarios de una organización comunal tras la revolución y especialmente cuidadosos con la independencia del individuo.
La actitud inicial de los diferentes gobiernos ante la organización de los trabajadores frente a los manifiestos abusos de los empresarios será la de reprimirla. Esta represión será aún mayor cuando se produzcan huelgas en protesta por las condiciones de trabajo. y se llegará incluso a falsear el voto en algunos países.
La represión de las manifestaciones obreras en algunas ocasiones tendrá una violencia física importante. Los instrumentos de la represión serán las fuerzas del orden (policía, ejército.). La represión generada en muchas ocasiones llegará incluso a la desarticulación operativa del movimiento obrero, que tendrá enormes dificultades para desenvolverse y se verá abocado a la clandestinidad en numerosas ocasiones, especialmente cuando el poder caiga en manos de los más conservadores.
La represión desatada contra el anarquismo durante este periodo alimentará a su vez las ansias de venganza de algunos anarquistas a la vista de la persecución de que son objeto sus compañeros, en algunos casos inocentes.