Respuestas
la presencia de la diabetes debido a su naturaleza crónica, no es nada fácil de aceptar. Esto se debe a que implica enormes cambios y consecuencias en el día a día del paciente, ya que ha de cambiar o modificar, en mayor o menor medida, su estilo de vida refiriéndose a la alimentación y sus horarios, la actividad física, control de peso y del azúcar propiamente dicho, entre otros.
En el momento del diagnóstico, es muy común que el paciente se sienta frustrado y le sea difícil llevar a cabo determinados cambios, pero será más sencillo de lo que él mismo cree. Por ejemplo, a la hora de comer, un diabético ha de llevar a cabo una alimentación saludable, refiriéndonos a alimentos poco o nada grasos, verduras frescas, carnes, pescados, restricción de dulces y del azúcar en sí.
El nivel de azúcar en sangre varía por diversas razones tales como el estrés, el nerviosismo, estar de viaje, la temperatura...por ello hemos de intentar que el paciente se mantenga tranquilo y con calma en todo momento y asegurándonos de controlar dicho nivel de azúcar de forma rutinaria observando si existe alguna anomalía o necesita cualquier modificación en su tratamiento, siempre dejándolo en manos del profesional médico. De lo contrario, si el paciente no lleva un control exhaustivo, se expone a un mayor riesgo de padecer otros problemas de salud más graves, siendo los más comunes la ceguera y la insuficiencia renal.
Por último, cabe resaltar que los cambios de humor son un síntoma clave de descontrol del azúcar, por lo que se ha de tener en cuenta para llevar un mayor control en el hogar, realizándose la prueba diariamente, si es necesario. Es mejor prevenir una subida o una bajada de azúcar, ambas con enormes riesgos para el paciente, que lamentar posibles daños