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Una advertencia literaria es un tipo de prólogo prefacio cuyo objetivo es el de aclarar, justificar, explicar o prevenir al lector respecto de alguna cuestión específica de la obra literaria a la que precede.
Este tipo de texto preliminar suele utilizarse cuando se ha modificado una edición anterior, cuando sale a la luz una nueva impresión o cuando la obra ha sido motivo de opiniones controvertidas o polémicas.
Los ejemplos más típicos son los de aquellas de obras que han sufrido la censura por motivos políticos, religiosos u otros.
¿Quién escribe la advertencia literaria?
Las advertencias literarias pueden escribirlas los propios autores de la obra, el editor o una tercera persona de renombre, quien además puede tener alguna relación con el autor y que, generalmente, tiene como objetivo hacer una valoración de dicha obra.
El lenguaje siempre es sencillo y claro a fin de alcanzar e influir a la mayor cantidad de lectores posibles.
Si bien los estilos de su redacción han variado a lo largo de la historia, los propósitos siguen siendo los mismos.
La advertencia literaria por los autores
Habitualmente, los autores escriben sus advertencias literarias para:
-Prevenir posibles objeciones o reservas por parte del lector respecto del contenido de la obra o su lenguaje
-Responder a críticas formuladas a ediciones anteriores
-Defender, retirar o refutar posturas e ideas que han sostenido en la obra y que son el eje de las controversias.
En estos casos el autor tiene en cuenta los puntos polémicos y expone, en un estilo igualmente literario, las razones por las que considera que será valiosa la lectura de su libro.
La advertencia literaria por los editores
En la mayoría de los casos las advertencias literarias de los editores suelen ser más bien textos explicativos y menos literarios.
Generalmente se limitan a explicar la edición en cuestión y sus diferencias con las anteriores, aportar datos biográficos del autor o defender las decisiones de los cambios y de lo que ha sido conservado.
La advertencia literaria por terceros
Las terceras partes son, habitualmente, personas que gozan de algún renombre en la materia sobre la que se quiere advertir al lector, o bien alguien que conoce muy bien la obra o el autor.
Intenta modificar la disposición del lector respecto de los prejuicios o errores de los que intenta advertirlo, de modo que no solo presenta las pruebas que son favorables a la obra, sino que, de ser el caso, intenta desarmar los argumentos en su contra.
En estos casos, el lenguaje que se utiliza también suele ser literario, incluso cuando lo que se propone sea argumentar.
Tal y como señala Jorge Luis Borges, este tipo de “prólogo tolera la confidencia”.