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La novela de “Pantaleón y las visitadoras” fue escrita por el peruano Mario Vargas Llosa y fue publicada en el año 1973. Trata sobre un honorable capitán de intendencia llamado Pantaleón Pantoja quien es un joven oficial sin vicios y tiene un historial intachable. Está casado con Pochita y viven en casa de la madre de Pantaleón, la señora Leonor.
Los superiores de Pantaleón le disponen una importante misión que se debe trabajar en máximo secreto, que requiere de la búsqueda de mujeres que presten sus servicios sexuales a los soldados, ya que estos por falta de satisfacer sus necesidades están persiguiendo y violando a las mujeres del pueblo. La tarea de la búsqueda de estas mujeres es asignada a Pantaleón quien no se siente muy cómodo, ya que piensa que traería problemas con su esposa y su madre, pero aun así decide aceptar la misión y obedecer a sus superiores.
Pantaleón comienza la búsqueda y conoce a Chuchupe, quien le lo pone al tanto de los servicios sexuales que prestan las mujeres y las tarifas que cobran y se vuelve un especialista en la materia. Con toda esta información logra formar un grupo de prostitutas y hasta crean un servicio especial que cuenta con un barco y un avión para el traslado de “las visitadoras”. La noticia empieza a regarse por la ciudad de Iquitos y se conoce como “Pantilandia”.
Una de las visitadoras es una brasileña y Pantaleón se siente muy atraído por ella. Mientras tanto la noticia se sigue corriendo hasta llegar a los oídos de un famoso locutor de Iquitos quien divulga toda la información en su programa de radio dando nombres y apellidos. La mujer de Pantaleón lo abandona y se lleva a su hija. Pantaleón comienza una relación con la brasileña.
Un día mientras las visitadoras viajaban en un barco son raptadas por unos hombres quienes abusan de ellas y cuando los soldados llegan a rescatarlas comienza un tiroteo y la brasileña muere de un disparo. Por esta razón Pantaleón organiza un entierro con honores para la mujer con un gran despliegue militar y tras esto los medios de comunicación se escandalizan y comienzan protestas.
Todo el país se entera de lo ocurrido y los superiores niegan toda la culpabilidad y Pantoja se convierte en el único responsable. El servicio de visitadoras queda clausurado y Pantaleón es enviado a un lugar perdido en los Andes.