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Respuesta:
¿Puede ser una virtud tener lateralidad cruzada para practicar deporte?
Un deporte en el que esta situación está bastante investigada es el tenis.
En tenis la lateralidad predominante es la relación ojo-mano dominante, y en función de ésta se puede clasificar al jugador como homogéneo (ojo y mano están del mismo lado) o cruzado (ojo y mano dominante están en diferentes lados).
De ello se extrae que, aquel jugador, con ojo dominante respecto de la mano dominante (cruzado) tendrá una gran derecha, mientras que la ubicación del ojo dominante en el mismo lado del cuerpo que la mano dominante (homogéneos) favorecerá un mejor revés.
El profesor Holtzen observó que aunque los zurdos ocupan sólo un 10% de la población mundial, el número 1 del ranking ATP ha estado ocupado por un zurdo en el 33% de las ocasiones durante las últimas 3 décadas; en palabras de Paul Dorochenko, esto podría deberse a que esta lateralidad proporciona una gran ventaja en el juego directo en pista, mientras que dificulta el revés; sin embargo en un golpe de revés, el jugador con ojo y mano homogéneo tendría mayor ventaja sobre su rival.
Aunque no para todos los deportes, pero para los que se práctica de forma individual, ser zurdo o tener lateralidad cruzada puede dar ventaja sobre el rival al estar acostumbrado a jugar contra diestros o con lateralidad homogénea como en el caso del boxeo, esgrima o padel (en este deporte el rendimiento de las parejas aumenta si están compuestas por zurdo y diestro).
La parte menos positiva para jugadores zurdos o con lateralidad cruzada es la escasez de posibilidades de entrenar y jugar con rivales similares en juego para seguir practicando y mejorando sus características especiales.
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