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Domingo temático en Neet! Como todos los domingos, tratamos una temática especial. Hoy nos orientamos hacia las historias. Cuentos, fábulas o leyendas que nos hagan pensar. En esta publicación les contaré “Mirad a los gansos”, un lindo cuento de Maritza Crespo, que nos hará pensar sobre apoyarnos en aquellos que buscan los mismos objetivos que nosotros. También pueden leer “Historias para pensar: Yo soy porque nosotros somos” de Laura y “Fábula: Los dos amigos y el oso” ambos en Neetescuela.
El próximo otoño, cuando veas los gansos dirigirse hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una v. Tal vez te interese saber lo que la cinecia ha descubierto acerca del por qué vuelan en esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él volando en v. La bandada completa aumenta por lo menos un 71% más de su poder que si cada pájaro volara solo.
Las personas que comparten una dirección de comunidad pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente.
Cada vez que un ganso sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo; y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va delante.
Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.
Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos más difíciles.
Los gansos que van detrás graznan (producen un sonido propio de ellos) para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.
Una palabra de aliento produce grandes beneficios.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y solo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.
Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos.