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Historias escalofriantes se registran en el cementerio «El Carmen», ubicado en la urbanización Las Brisas en Chiclayo, que data de octubre de 1917. En aquel entonces era conocido como «Cementerio General de Chiclayo», y albergó a todos los restos humanos del antiguo cementerio de la ciudad que se ubicaba en la hoy urbanización Patazca de Chiclayo. El panteón ubicado a escasos 15 minutos del centro de Chiclayo, alberga a 130 mil cuerpos registrados e ingresados a la fosa como NN y junto a ellas, tres historias que a cualquiera le pone «la piel de gallina».
La niña perdida
La tierna niña entre lágrimas pregunta por su hermanita, dando a entender que está perdida, las personas la observan y tratan de alcanzarla, pero la niña es más rápida y logra chocar con un viejo árbol de higo, desapareciendo en cuestión de segundos. En varias ocasiones han intentado podar este gran árbol, pero no lo han logrado, ya que en el acto han tenido diversos accidentes, como cortarse la mano, que el hacha se termine rompiendo o que la motosierra no funcione. «Siempre vengo a visitar a mi familiar que se encuentra en este cuartel, pero el árbol es un problema, porque sus grandes raíces hacen que los vidrios de los nichos se quiebren, y cada dos meses debo cambiarlos. Dicen que han intentado cortarlo y no se puede, al parecer este árbol tiene poderes, así que mejor lo dejamos tranquilo.», dice Hernán Gonzáles.
La Virgen
Los que ingresan al verla incluso se persignan, pero lo que no saben es que en ocasiones desaparece.
La mujer del taxi
Luego de cumplir con el servicio y dejarla en casa, el conductor observó que la mujer había olvidado su casaca en el asiento posterior, por lo que 10 minutos después volvió a la casa de la chica para devolver la prenda, pero la sorpresa fue grande. Al tocar la puerta y preguntar por ella, el familiar que lo atendió dijo que la muchacha había muerto hace varios años, por lo que quizá se había confundido de casa y la casaca era de otra persona.
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