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Respuesta:Era un hombre ecuánime, sereno, espiritual, buen padre, buen esposo, buen amigo. sus oficiales y tripulación lo adoraban, y él sabía despertar en ellos la mística de entrega a la patria, de lo que desempeña que era un líder de primera línea.
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- Miguel Grau, ejemplo de integridad (descargar audio con un clic derecho en el enlace y elegir guardar como). Miguel Grau Seminario nació en Piura el 27 de Julio de 1834 y desde niño amó el mar. Su padre fue un humilde trabajador en la Aduana de Paita, y Miguel, desde los nueve años, inicia su larga carrera naval con el desempeño de los oficios más humildes hasta llegar a recorrer prácticamente todos los mares del mundo. Como oficial de la Armada forja una carrera esforzada, impecable y con una sólida ética profesional y calificación militar. Participa de la batalla naval de Abtao, al mando de la corbeta Unión, en la cual enfrentó a la escuadra española. Amoroso padre de familia, contrajo matrimonio con doña Dolores Cavero, con quien tuvo 10 hijos. En la paz y en la guerra supo ser un buen esposo y padre como lo atestiguan las numerosas a su familia. En 1872 el coronel Tomás Gutiérrez, entonces Ministro de Guerra y Marina, y sus tres hermanos dieron un golpe contra el estado de derecho. Desconocieron la elección de Manuel Pardo, tomaron preso al entonces Presidente José Balta y disolvieron el Congreso. Los golpistas ordenaron el sometimiento de la Armada hecho que fue rechazado de manera tajante por los comandantes de los buques, entre estos, Miguel Grau. Indignado por los acontecimientos promovió una reunión en la isla San Lorenzo para deliberar y suscribir una proclama contra la tiranía y reafirmar su decisión de luchar por el restablecimiento del orden y la ley. La proclama circula por el Callao y Lima y la Escuadra se retira del Callao y viaja hacia el sur mientras que, fracasada la revuelta, el Presidente José Balta es asesinado en el cuartel San Francisco, donde estaba detenido. Mientras en Lima la población se amotina contra de los hermanos Gutiérrez, Miguel Grau se dirige a los prefectos de Arequipa, Cusco, Puno, Moquegua y Tacna y las autoridades judiciales del sur para informar la posición de rechazo a la dictadura asumida por la Escuadra. Esa vocación por la patria y el respeto a los valores democráticos fue parte del bagaje ético del ciudadano Miguel Grau, comandante del buque Monitor Huáscar, que en 1876 es elegido Diputado por Paita, como miembro del Partido Civil, a los 42 años. A pesar de haber estado solo tres años en el Congreso la historia registra una actividad congresal eficaz al servicio de sus representados. Cuando se suceden las hostilidades fronterizas entre Chile y el Perú Miguel Grau no duda un instante en pedir licencia en el Congreso para reasumir en 1879 el mando del Huáscar. La política nacionalista emprendida por Manuel Pardo, en desmedro del capital extranjero, fue un factor que desencadenó la guerra del Pacífico. El trasfondo son los intereses de Inglaterra que provoca el conflicto y utiliza a la burguesía chilena como mascaron de proa de la avanzada inglesa. Durante el conflicto, Grau destacó por su audacia y arrojo, pero sobre todo por su don de mando, de estratega militar y marino consumado. Durante cinco meses, la escuadra enemiga no pudo con Grau y su viejo monitor. Para el glorioso Almirante Grau la guerra nunca fue un baño de sangre y destacó por su caballerosidad ante el enemigo rendido. Cuando el combate de Iquique hundió a la corbeta chilena La Esmeralda no dudó en rescatar a los náufragos que luchaban por sus vidas en las frías aguas del Pacífico, quienes luego de ser rescatados dieron un sonoro ¡Viva al Perú Generoso!. Tampoco reparó en rendir homenaje al héroe chileno Arturo Pratt, caído en el fragor de la batalla. Guardó con respeto la cartera de Prat, que contenía los retratos de su esposa e hijos, y también su espada, y envió una sentida carta de condolencia a su viuda en Chile. En la bitácora del Huáscar, Grau escribió: Os puedo asegurar que si el Huáscar no regresara victorioso, yo tampoco he de regresar. Esta profecía se cumplió el 8 de octubre de 1879 en el combate naval de Angamos donde los buques peruanos Huáscar y Unión se enfrentaron en inferioridad a los buques chilenos Cochrane, Blanco Encalada, O'Higgins y Covadonga. La captura del Huáscar por la Escuadra chilena fue decisiva para el dominio del teatro marítimo y marca el fin de la campaña naval de la Guerra del Pacífico. Para Jorge Basadre, el héroe Miguel Grau "fue la espada y el escudo del Perú que por seis meses impidió el desembarco". Teodoro Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos, llegó a decir: "El Huáscar es el famoso y recordado buque sobre el cual se hayan ejecutado los actos de heroísmo mayores que jamás se han hecho en algún otro blindado de cualquier nación del mundo"
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