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Respuesta:
María, la Madre de Jesús
María juega un papel diferente para los católicos y para la mayoría de los Protestantes. Porque María es el instrumento a través del cual Dios trajo a su Hijo al mundo, los católicos honran a María con los títulos de “Madre de Dios” y “Madre de la Iglesia”.
Los católicos la consideran un ejemplo de fe y santidad. Según la tradición, María fue concebida y nació sin la mancha del pecado original y permaneció sin pecado durante toda su vida.
Aunque los católicos tienen una devoción especial a María, no la adoran o alaban como lo hacen con Dios y el Verbo Encarnado. Ellos oran a María—como rezan a otros santos—pidiendo su intercesión o mediación por ellos ante su Hijo, con quien ella está en perfecta comunión. Dicho de otra manera, piden a María que ruegue por ellos de la misma manera que todos los cristianos se piden orar unos por otros.10
Por diversas razones, aunque los protestantes pueden tener un alto concepto de María, no la tienen en el mismo sentido. En general, no le rezan a María ni la convierten en un punto focal de la obra artística o la iconografía de la misma manera en que los católicos romanos lo hacen.11
La Doctrina de la Justificación
Tanto los protestantes como los católicos están de acuerdo en que uno está justificado—constituido justamente y puesto en una relación honesta con Dios—por medio de la gracia. Las diferencias en sus creencias son una cuestión de grado.
Los católicos romanos creen que las acciones de una persona juegan un papel importante en su situación con Dios, porque las acciones son expresiones externas de la fe interna. Para los católicos, las buenas acciones pueden lograr la penitencia por los pecados o limitar el tiempo en el purgatorio después de la muerte.
Los protestantes creen que la justificación por la gracia mediante la fe es la única manera para que una persona disfrute de una posición justa ante Dios. Desde este punto de vista, las buenas obras se hacen por gratitud y son vistas como resultado de la fe, pero solas no pueden ganar ningún mérito con Dios.12 Los católicos también creen en esto, pero hacen hincapié en las obras como manifestaciones de la fe.
Culto
Los católicos romanos abrazan el misterio, la jerarquía, los rituales, la liturgia, la estructura y acciones más simbólicas en su culto. Los protestantes, por su parte, desarrollaron cultos claros y sencillos, centrándose en las Escrituras.
Para los católicos, el centro de la Misa es la Eucaristía o la Sagrada Comunión. Para los protestantes, el momento central del culto viene con el sermón, cuando el ministro predica desde la Biblia.13
Es cierto que lo anterior es una generalización en aras de la claridad y simplicidad. Sin embargo, un servicio de culto protestante evangélico actualmente podría consistir, casi completamente, en canciones modernas con instrumentos modernos en un auditorio con pocos símbolos religiosos. Pero un servicio católico probablemente contenga numerosos elementos complejos, elaborados y profundamente significativos para los participantes.
El Papel de la Tradición de la Iglesia
La mayoría de las variaciones entre protestantes y católicos romanos se basan en una diferencia más fundamental: el papel de la tradición de la iglesia.
Los protestantes creen que la autoridad central para la fe y la práctica se encuentra en las Escrituras.14 Aún y cuando la tradición, la razón y la experiencia son importantes, los protestantes tienden a pensar que todos deben ser comparados—y en última instancia sustituidos—por las enseñanzas de la Biblia.
Por otra parte, los católicos romanos se adhieren a muchas creencias y prácticas que no están explícitamente establecidas en las Escrituras. Estas tradiciones, junto con las Escrituras, constituyen un depósito de la fe que ha sido transmitido desde los primeros apóstoles a través del Magisterio de la Iglesia, es decir, el Papa, los obispos y los Concilios de la Iglesia.15 La autoridad se encuentra en el conjunto de la Biblia, la razón y la tradición, estos tres factores se ven como complementarios y no en tensión.16
Por lo tanto, los católicos romanos consideran ciertas prácticas y creencias—como la infalibilidad papal, la Inmaculada Concepción de María, la doctrina del Purgatorio, el celibato de los sacerdotes y la distinción entre pecados mortales y veniales—importantes para su fe, mientras que los Protestantes no están necesariamente de acuerdo.