Como se puede compaginar la conservación de la naturaleza y l necesidad de recursos económicos ?
Respuestas
La preocupación por la conservación de la naturaleza es patente ya en la mayoría de las sociedades tanto en el ámbito político como social. Tal vez haya hecho falta que se manifiesten toda una serie de señales de alerta como son la degradación de ríos y mares, la enfermedad de miles de hectáreas de bosques, los cambios climáticos, la desertización de amplias zonas y la amenaza de una penuria alimenticia, para que la humanidad empiece a tomar conciencia de los riesgos que conlleva romper el equilibrio ecológico. Resta, además, la última amenaza, la guerra nuclear, exponente de que, por primera vez en la historia, el hombre tiene en sus manos la fuerza suficiente para destruir todo rastro de vida en el planeta. La búsqueda de un nuevo equilibrio que garantice a las generaciones venideras una Tierra fértil y habitable es la tarea a la que se dedican organizaciones como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, (UICN)
La conservación de la naturaleza en sus distintas formas ha sido practicada por el hombre desde hace milenios. Las primeras comunidades agrícolas guardaban las semillas para sembrarlas ulteriormente. Los señores feudales se ocuparon de conservar sus bosques para asegurarse la buena caza. Y nadie tiene que decir a un agricultor que no debe cortar los árboles frutales para hacer leña. Estas tres primeras actitudes sobre cómo conservar los recursos son del tipo de lo más normal. La población humana se comportaba así cuando aún no había sobrepasado una cierta dimensión y cuando todavía las riquezas de la Tierra parecían inagotables.En contraste con lo anterior, las técnicas de conservación de los re cursos naturales y su ciencia son de tiempos recientes. Han surgido de los cambios tecnológicos que aceleraron el crecimiento de la población con sus consecuencias inevitables de cada vez mayor presión sobre el medio natural. Hemos tenido que llegar a la hora actual para percatarnos de las consecuencias de la pérdida de tantos recursos, algo que está convirtiéndonos a nosotros mismos en una especie amenazada.