Respuestas
Respuesta:
La valoración del papel que la mujer jugó en la sociedad medieval depende de con qué época la comparemos. De manera simplificada podemos afirmar que la situación de la mujer en la Edad Media era peor que en la actualidad (sólo en el mundo desarrollado occidental) pero mejor que en el periodo anterior (Imperio Romano) Y también mejor que en los siglos posteriores (siglos XVI al XIX).
La razón es que el Derecho Romano (utilizado durante el imperio romano y rescatado por las monarquías absolutistas desde el siglo XVI) fue mucho menos propicio a la mujer que el “Derecho Consuetudinario” de origen germánico.
La gran medievalista francesa Regine Pernoud asevera:
"El apogeo (de la mujer) correspondería a la era feudal, desde el siglo X hasta fines del XIII [...]; es indiscutible que por entonces las mujeres ejercen una influencia que no pudieron tener ni las damas partidarias de La Fronda en el siglo XVII ni las severas anarquistas del siglo XIX"
Por ejemplo, en Roma la mujer no podía cumplir ninguna función administrativa: ni en la asamblea de los ciudadanos, ni en la magistratura, ni en los tribunales.
Robert Villers afirma:
"En Roma, la mujer, sin exageración ni paradoja, no era sujeto de derecho... Su condición personal, la relación de la mujer con sus padres o con su marido son competencia de la domus, de la que el padre, el suegro o el marido son jefes todopoderosos... La mujer es únicamente un objeto"
Los historiadores saben que era una costumbre romana matar a las hijas no primogénitas. Los tratados de Derecho Privado romanos lo llamaban: "Desaparición forzada de las hijas menores".
El padre consideraba conveniente conservar a sus hijos varones por necesidades militares, salvo que estuvieran malformados o parecieran demasiado enfermizos, pero por lo general conservaba a una sola hija, la primogénita. Era completamente excepcional que en una familia romana hubiera más de una hija.
Sólo hacia el año 390, a fines del siglo IV, la ley civil retira al padre el derecho de vida o muerte sobre sus hijos. Con la difusión del Cristianismo desaparecía la primera y más decisiva de las discriminaciones entre los sexos: el derecho a la vida correspondía tanto a las niñas como a los varones.
Explicación: