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En este contexto, nació en la Escuela de Arte Teatral de la UDA -que forma parte de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte- la necesidad de crear una obra de clown que vaya más allá del humor para enfrentar esta problemática.
Cacho Gallegos, conocido director cuencano y autor del proyecto 'Vuelta al Mundo en Ochenta Meses', ya estaba familiarizado con las obras de clowns, ya que ha dictado talleres de clown en universidades y espacios de formación en muchos países de Europa y América.
La intención detrás del proyecto artístico era invitar a la reflexión de los espectadores para que -mediante la comedia y la risa- se pueda concientizar al público sobre patrones generacionales que perpetúan la violencia, en este caso en las relaciones de pareja y dentro del entorno familiar.
El humor se vuelve en este proyecto artístico un elemento mediador y de reflexión de una de las temáticas más dolorosas dentro de la sociedad. Como admiten los responsables del proyecto, la violencia de género no es una temática fácil de trabajar.
“Hombres y mujeres son igual de víctimas de un sistema violento, queremos evidenciar cómo este sistema te obliga al éxito, a tener dinero, a ser aceptado, a no cumplir tus sueños”, comentó Jaime Garrido, director de la Compañía de Teatro y de la Escuela de Arte Teatral, y añadió:
“El sistema es enormemente misógino, siempre heredado, por eso la obra va dirigida a jóvenes de 12 a 17 años, porque están en edad para generar cambios de pensamiento”.
Además de la puesta en escena de la pieza 'El cólera en tiempos de amor' –que está compuesta por cuatro sketchs- también se llevó a cabo un foro en el colegio y una encuesta para recoger datos y analizar cuánto pudieron reflexionar los estudiantes a partir de este enfoque diferente elegido para hablar de este tipo de violencia.
“Con una función no se logra un cambio, pero es una semilla para que, a partir de esto, los profesores puedan generar debates más profundos y así visualizar este problema; lamentablemente, la violencia de género es un problema cultural, por eso se necesitan políticas, una sociedad que niegue este comportamiento, y el teatro es una de las maneras para la reflexión”, añadió Garrido.
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