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2 - A los americanos no les permitieron ejercer cargos públicos en el imperio español. Es falso que no sirvieran oficios de relevancia. El más importante virrey de México en el siglo XVIII, conde de Revillagigedo, era cubano, y el neogranadino nacido en Medellín Francisco Antonio Zea dirigió el Real Jardín Botánico madrileño desde 1805. Burocracia, ejército y Real Armada contaban con naturales del Nuevo Mundo en posiciones y jerarquías diversas, en igualdad con los peninsulares, entre los cuales vascos y catalanes también eran muy abundantes.
4- En la América española mandaba la Inquisición y no había educación, ilustración e imprentas. El mito del oscurantismo colonial es otra falsedad. El Santo Oficio, que no tuvo jurisdicción sobre indígenas, era residual en 1800 y las ciudades se habían llenado de bibliotecas públicas, teatros, alamedas y jardines. México era la ciudad más rica del hemisferio occidental y una de las grandes urbes del mundo. Existía censura, pero el empeño por leer y escribir apenas se veía afectado. Entonces, como ahora, prohibir un libro era la manera de consagrarlo.
5 - La invasión francesa no afectó a los americanos, sólo a España. En absoluto, pues allí se consideraba a Napoleón un dictador ateo y un aventurero peligroso. Existía una nación española «de ambos hemisferios», como proclamó en 1812 la Constitución de Cádiz. Tras el 2 de mayo madrileño llegaron desde América grandes cantidades de dinero en metálico y donativos que sirvieron para resistir al invasor. En el ejército español sirvieron oficiales y soldados americanos tan importantes como el argentino San Martín, que tuvo una importante actuación en Bailén, o los chilenos hermanos Carreras.
6 - ¿Por qué se establecieron juntas autonomistas en 1810? En abril de aquel año terrible se esperaba como irremediable la caída de Cádiz en manos de Napoleón, que al cabo nunca se produjo. Para protegerse de esa eventualidad los españoles americanos establecieron sus propias juntas de gobierno. No estaban dispuestos a ser parte de Francia y que los subyugara Napoleón, ni a que hubiera una revolución de negros y mulatos como la de Haití. Por eso organizaron juntas «en nombre de los derechos de Fernando VII, cautivo en Bayona».
7- La Constitución de Cádiz representó una oportunidad perdida. De manera muy relativa. La elección de diputados americanos puso en marcha grandes procesos electorales y democráticos, en los que participaron por primera vez en la historia del mundo todos los grupos sociales y étnicos, de derecho y de hecho. En su estela el imperio español se transformó en naciones de ciudadanos.
8 - ¿Fueron los indígenas partidarios de la emancipación? No. Se mantuvieron casi en su totalidad fieles a la Corona española, que protegía por las Leyes de Indias sus tierras comunales. Los araucanos de Chile habían llegado a proponer en 1813 «formar para la defensa del Rey una muralla de guerreros en cuyos fuertes pechos se embotarían las armas de los revolucionarios». A partir de 1820, las tropas de Bolívar encontraron la mayor resistencia entre los nativos del sur de Colombia y Ecuador.
9 - ¿Fueron negros, pardos y esclavos partidarios de la independencia? Excelentes oficiales y soldados, fue la oferta de libertad a los esclavos y el reconocimiento de méritos y pensiones lo que motivó que estuvieran del lado de la Corona española o de los patriotas americanos, según los casos.
10 - ¿Participaron en las guerras de emancipación las mujeres? Por supuesto. Coronelas patriotas como la boliviana Juana Azurduy, la prócer colombiana Policarpa Salavarrieta o la hermana mayor de Bolívar y partidaria del Rey de España hasta el final de sus días María Antonia estuvieron presentes en sitios, guerrillas y combates políticos.
11- ¿Fueron los próceres inventores del nefasto caudillismo? Algunos, en efecto, sucumbieron a las tentaciones del poder personal (Bolívar fue acusado de ello al final de su vida); otros, como San Martín, se exiliaron para que no se ejerciera violencia alguna en su nombre. Pero el caudillismo no es un mal hispánico: la historia europea está llena de dictadores.
12 - ¿Qué perdura de aquellos tres siglos de vida común? De los imperios quedan idioma, religión, gastronomía y ciertos estilos de vida en común. Lo que permanece es una nación cultural española y americana, de cuya transformación en sociedades de conocimiento, más democráticas y justas, depende nuestro futuro. Este comienza, a no dudarlo, por una nueva Historia de América y de España.