Respuestas
En la primera generación del movimiento, los convertidos se sometían a un segundo bautismo, lo que era castigado con la pena de muerte por las leyes de aquel tiempo. Los anabaptistas negaron que ellos fueran rebautizadores, porque repudiaban su bautismo infantil como una formalidad blasfema. El único bautismo que consideraban válido era el administrado al adulto que hubiere hecho confesión de su pecado y fe. Siguiendo a Zwinglio, los anabaptistas sostenían que los niños no eran culpables de pecado hasta que fueran conscientes del bien y del mal, pudiendo entonces ejercer su voluntad propia, arrepentirse y bautizarse. También creían que la Iglesia era la comunidad de los redimidos y que debía estar separada del Estado, el cual existía sólo para el castigo de los malhechores. La mayoría de los anabaptistas se opusieron al uso de la espada por los cristianos en el mantenimiento del orden social o en la guerra. También rechazaron hacer juramento.
A causa de sus creencias miles fueron martirizados. Su propósito no era reformar la Iglesia medieval sino restaurar el espíritu de la Iglesia primitiva, creyendo que estaban viviendo en los últimos tiempos. Reconocieron en sus dirigentes apóstoles y profetas, estando todos los convertidos dispuestos a dar testimonio de su fe delante de los magistrados. El movimiento anabaptista se originó en Zurich, entre un grupo de jóvenes intelectuales que se rebelaron contra la sumisión de Zwinglio a los magistrados y a su negativa a proceder a una completa reforma de la Iglesia. Uno de sus dirigentes fue Conrad Grebel, procedente de una importante familia y educado en humanidades. El primer bautismo de adultos tuvo lugar en Zollikon, fuera de Zurich, en 1525, siguiendo pronto un movimiento masivo. La vehemencia de los anabaptistas y las implicaciones revolucionarias de su enseñanza, terminaron en su expulsión de una ciudad a otra, lo cual no hizo sino incrementar el aumento de un movimiento que tenía un fuerte ímpetu misionero. Las autoridades civiles tomaron medidas cada vez más enérgicas, acabando la mayoría de dirigentes anabaptistas en prisión o ejecutados.Explicación: